Día Internacional de la Enfermera

Publicado: 12 may 2025
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El Día Internacional de la Enfermera se celebra el 12 de mayo, fecha del aniversario del nacimiento de Florence Nightingale.

El Consejo Internacional de Enfermeras conmemora cada año este día distribuyendo una carpeta con materiales de información educativa y pública para uso de las enfermeras en todo el mundo.

La enfermería es definida por el Consejo Internacional de Enfermeras como «los cuidados, autónomos y en colaboración, que se prestan a las personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, y los cuidados de los enfermos, discapacitados, y personas moribundas. Funciones esenciales de la enfermería son la defensa, el fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en la política de salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud, y la formación».

Este año 2025 el tema es «Nuestras enfermeras. Nuestro futuro. Cuidando de las enfermeras fortalecemos la economía».

Basándose en el éxito del tema del DIE 2024, El poder económico de los cuidados, el tema de 2025 se centra en la salud y el bienestar de las enfermeras. Este tema subraya el papel fundamental que desempeña un personal de enfermería sano en el fortalecimiento de las economías, la mejora de los sistemas de salud y la garantía de mejores resultados para las comunidades de todo el mundo.

Con un rol central como defensor del paciente, sus habilidades de razonamiento científico, número y espectro de atención en todo el proceso, las enfermeras están en una posición ideal para dirigir e informar la toma de decisiones y el desarrollo de políticas de los servicios de salud.

Como una de las profesiones de la salud más confiables y respetadas, la enfermería tiene un papel fundamental para abordar los múltiples desafíos de salud que se enfrentan en todo el mundo. Las enfermeras son la sala de máquinas del sistema de salud y deben responder a las necesidades de salud de las personas, las comunidades y el mundo.

El Código de ética del CIE establece que “Inherente en la enfermería es el respeto por los derechos humanos, incluidos los derechos culturales, el derecho a la vida y la elección, a la dignidad y a ser tratado con respeto. El cuidado de enfermería es respetuoso y no está restringido por consideraciones de edad, color, credo, cultura, discapacidad o enfermedad, género, orientación sexual, nacionalidad, política, raza o condición social. Las enfermeras prestan servicios de salud al individuo, la familia y la comunidad y coordinan sus servicios con los de grupos relacionados. La necesidad de enfermería es universal ”. (Consejo Internacional de Enfermeras, 2012).

 

En 1820, cuando Florence Nightingale nació en una familia rica de la alta sociedad británica, su destino parecía trazado: bailes, bodas ventajosas y la discreta caridad que se esperaba de una dama bien educada. Pero ella tenía otros planes. Escuchó una voz —según contaría luego—, una especie de llamado divino que no le pedía rezar más, sino actuar. Y eligió el camino menos pensado para una mujer victoriana: la enfermería. Un oficio mal visto, reservado entonces para mujeres analfabetas o prostitutas. Florence iba a cambiarlo todo.

Cada 12 de mayo, fecha de su nacimiento, el mundo celebra el Día Internacional de la Enfermería. No es casual. Nightingale salvó miles de vidas durante la Guerra de Crimea y transformó la práctica del cuidado, introdujo la higiene como política sanitaria, profesionalizó a las enfermeras y usó estadísticas para demostrar que la muerte, muchas veces, era evitable.

En 1851, viajó a Alemania para estudiar en el Instituto de Diaconisas de Kaiserswerth. Tenía 31 años. Allí aprendió técnicas de cuidado y organización hospitalaria que luego llevaría al extremo en los campos de batalla. Ya entonces llamaba la atención por su disciplina, su fe protestante fervorosa y su vocación científica. Mientras otras mujeres bordaban, ella estudiaba estadística.

En 1854, estalló la Guerra de Crimea. Los soldados británicos heridos morían más por infecciones y condiciones insalubres que por las balas enemigas. El secretario de guerra, Sidney Herbert —amigo y admirador de Florence— le pidió que organizara un equipo de enfermeras para asistir en los hospitales militares. Nightingale aceptó. Partió con 38 mujeres hacia Scutari, un hospital de campaña cerca de Constantinopla (actual Estambul), y encontró el infierno.

Ratas, cloacas desbordadas, ropa sucia, vendajes podridos y pacientes muriendo sobre sus propias heces. Florence reorganizó todo. Limpiaron a fondo, establecieron rutinas de higiene, mejoraron la ventilación, lavaron sábanas y prepararon comidas nutritivas. Ella recorría los pasillos con una lámpara en la mano, de noche, visitando a cada herido. Por eso la llamaban “The Lady with the Lamp” (La dama de la lámpara). No era sólo compasión: era eficiencia.

En seis meses, la tasa de mortalidad bajó del 42% al 2%. Fue un milagro sostenido en jabón, agua limpia y organización. En lugar de aceptar las prácticas militares como un hecho, Nightingale cuestionó, midió y rediseñó los hospitales desde cero. Entendió que el entorno podía sanar o matar.

A su regreso a Inglaterra, Florence fue recibida como una celebridad. La reina Victoria quiso conocerla y la convocó al Palacio de Buckingham. Aquel encuentro fue histórico.

Pero Florence no buscaba honores ni medallas. Rechazó una fortuna que le ofreció la monarquía y prefirió usar los fondos para fundar, en 1860, la Escuela de Enfermería Nightingale en el hospital St. Thomas de Londres. Fue la primera institución laica en formar enfermeras profesionales, con programas sistemáticos y exigencias académicas. Allí nacía la enfermería moderna, con base científica, estándares éticos y una idea clara: cuidar también es curar.

Murió el 13 de agosto de 1910, a los 90 años, en su casa de Londres. Había pedido ser enterrada sin honores, sin cortejos, sin monumentos. Descansa en un cementerio sencillo en Hampshire, bajo una lápida que lleva sólo sus iniciales: “F.N.

Fuente: INFOBAE