Día Internacional de la Papa Frita.
Nadie sabe bien por qué, pero todos los 20 de agosto de cada año, la humanidad celebra del Día Mundial de la Papa Frita, una de las comidas más universales que existen.
Cualquiera sea su forma, bastón, noisette, rejilla, española o rústica siempre es un buen momento para comer unas papas fritas, que se han popularizado de manera exponencial con las empresas de comidas rápidas y su expansión a nivel mundial, así como también en el mundo gourmet con sus variantes de salsas, puntos de cocción o guarnición.
Si nos vamos a la materia prima que permite la existencia de las papas fritas, tenemos que viajar más o menos 7.000 años atrás en el tiempo, para encontrar a la primera papa utilizada como comida.
Oriunda de la región andina de América del Sur, la papa sirvió de alimento a los Incas emplazados en las actuales tierras de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y la Argentina.
Los pueblos originarios Quechuas, Aymaras, Asháninkas y amazónicos continuaron cultivando y utilizando la papa como comida, hasta que las colonizaciones españolas llegaron.
En ese momento la papa se convirtió en un deseo de los colonizadores, que junto a otros alimentos, oro y demás metales preciosos, comenzaron a viajar a Europa, eclipsando los paladares de la aristocracia española en principio.
Una vez en Europa la papa se expandió a niveles sin precedentes para otros cultivos/comida, y hoy está presente en casi todos los países del mundo.
Hoy en día la producción mundial de papa alcanza, aproximadamente, los 370 millones de toneladas siendo China, India y Rusia los principales productores (FAO 2019).
La Argentina produce aproximadamente 2,8 millones de toneladas, destinándose aproximadamente 75-80 mil hectáreas.