Día Internacional del Trabajo Doméstico.
En 1983, en el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se declaró el 22 de julio como el Día Internacional del Trabajo Doméstico, con el objetivo de reconocer el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en sus hogares, basado en patrones socioculturales históricos, que estigmatizan y profundizan la desigualdad entre varones y mujeres.
Según el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un empleado doméstico es “toda persona, de género femenino o masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo”.
“El trabajo doméstico se define en función del lugar de trabajo, que es el hogar privado. En términos generales, los trabajadores domésticos prestan cuidados personales y cuidan del hogar”, precisa la OIT.
En Argentina, en marzo de 2013, se sancionó la Ley 26844 de Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares. La normativa aplica para “los empleados y empleadas por el trabajo que presten en las casas particulares o en el ámbito de la vida familiar y que no importe para el empleador lucro o beneficio económico directo, cualquiera fuere la cantidad de horas diarias o de jornadas semanales en que sean ocupados para tales labores”.
No obstante, una buena parte de los trabajadores del sector padecen del incumplimiento de la ley de parte de sus empleadores. Además, de un amplio universo de amas de casa que trabajan a tiempo completo en sus hogares y no se les reconoce su labor.