Día Internacional del Voluntariado.
La implicación es importante porque cada pequeño gesto cuenta; cada acción contribuye al cambio.
Es bueno salir de la realidad en la que vivimos y aproximarnos a otras muy distintas, con sus características y problemáticas.
Así, se aprende a que todo el mundo es vulnerable y se dota al día a día voraz y frenético en el que normalmente nos desenvolvemos, de un matiz de humildad.
El voluntariado existe desde siempre, es algo innato a las sociedades.
Es positivo que un organismo internacional le asigne un día en su calendario oficial, pero la labor de apoyo y ayuda que las personas se prestan entre sí va a continuar, incluso sin apoyos institucionales.
Porque el voluntariado ha evolucionado; desde unas acciones de apoyo y ayuda ligadas más a la caridad, hasta el voluntariado transformador, revulsivo, que denuncia situaciones de exclusión y trata de cambiar realidades injustas.
Las personas voluntarias prestan sus servicios desinteresadamente a favor de los colectivos más vulnerables, actuando como mediadores entre la ciudadanía y el Estado para canalizar necesidades y demandas que no están siendo totalmente cubiertas por éste.
Estas acciones tradicionalmente se han encauzado a través de organizaciones (entidades de voluntariado, ONG, etc.), que se convierten en un instrumento para gestionar esa oferta y demanda de colaboración.