Día Mundial Contra el Fracking.
El 11 de octubre es el Día Mundial contra el Fracking, es decir la fractura hidráulica de los suelos para extraer combustibles fósiles.
El fracking es una técnica sumamente agresiva para el medio ambiente, que se viene practicando en EEUU desde mediados del siglo XIX y que originariamente consistía en la perforación de un pozo donde se colocaba nitroglicerina y se destruía todo, con tal de conseguir petróleo.
Los sitios donde se practicaba Fracking de esa forma aún no se han recuperado.
En la actualidad se emplea un sistema mediante el que se perforan varios pozos profundos (más de 2500 metros) que se entuban y cementan. Estos ‘canales’ (verticales y horizontales) son los que conducen el agua mezclada con 350 a 400 productos químicos y arena, que se inyectan a presión para superar la resistencia de la roca y conseguir fracturarla, de manera de favorecer la salida del petróleo y/el gas que contenga el sustrato.
Entre los muchos efectos perniciosos que tiene el Fracking o la fractura hidráulica destacaremos los más importantes, ya que son los que han llevado a la instauración de un día especial en el año para advertir a la población de lo nefasta que puede ser esta práctica, para el presente y el futuro del planeta. Agua: se necesitan ingentes cantidades de agua para realizar estas prácticas y ese líquido no puede limpiarse al 100%, por lo que merma la disponibilidad hídrica para los seres vivos.
Contaminación: además del agua empleada se polucionan las capas freáticas, por culpa de los químicos que se utilizan.
En las inmediaciones de las zonas de Fracking la fauna y flora se ve afectada por la contaminación sonora y la falta de agua potable.
Metano: el Fracking es un super emisor de metano, un gas de efecto invernadero que puede ser entre 21 y 80 veces más eficaz que el CO2, para agravar el calentamiento global.
Migración forzada: dadas las condiciones de vida que se generan en los terrenos que rodean a las prospecciones de Fracking, muchas personas han debido abandonar sus tierras y perder sus medios de vida, porque ya no son productivas o porque su propia salud estaba en juego.
Sismos y terremotos: el Fracking es culpable de numerosos episodios de sismicidad inducida y del aumento de la frecuencia de movimientos telúricos.
Economía: estos métodos se han hecho rentables porque el precio del petróleo ha subido de forma desmesurada, por lo que el Fracking no contribuye a estabilizar su cotización.