Día Mundial Contra el Uso de Niños/as Soldado.
El Día Mundial contra el Uso de Niños Soldado se conmemora el 12 de febrero con el objetivo de recordar a todos los niños que han sido usados por grupos armados en distintos países, para formar parte de conflictos brutales.
Esta circunstancia les han traído como consecuencia daños físicos y psicológicos irreversibles y en el peor de los casos, la pérdida de sus propias vidas.
Esta fecha, 12 de febrero, también marca el aniversario de la adopción de un protocolo sobre la participación de los niños en los conflictos armados, que establece la edad mínima para el reclutamiento en las fuerzas armadas a los 18 años y ha sido ratificado por 167 Estados.
En los últimos años, las guerras cada vez son más brutales y más largas. Algunas están en los medios de comunicación de forma más o menos estable, como la de Siria, pero otras son invisibles para muchos, como Yemen, Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria y muchas otras.
Se calcula en unos 300.000 niños y niñas soldado en los conflictos armados en todo el mundo.
Algunos fueron secuestrados; a otros, la pobreza, los malos tratos, la presión de la sociedad o el deseo de vengarse de la violencia contra ellos o sus familias les llevan a unirse a grupos armados y empuñar un arma.
Son utilizados:
- Combatientes involuntarios.
- Directamente en la línea de combate.
- Obligados a ejercer como:
- – cocineros
- – mensajeros
- – esclavas sexuales
- – para realizar ataques suicidas
- Durante el tiempo en el que los niños están vinculados a las fuerzas y grupos armados, son testigos y víctimas de terribles actos de violencia e incluso son obligados a ejercerla.
Sus consecuencias son:
- Secuelas físicas: pueden ser causadas por la propia batalla o ser fruto de las torturas y abusos por parte de sus jefes. Muchos niños son mutilados, sufren desnutrición o incluso enfermedades de transmisión sexual. En el caso de las niñas, muchas se quedan embarazadas por abusos sexuales.
- Traumas emocionales: el hecho de haber presenciado actos de violencia terribles o tener que cometerlos directamente les puede atormentar si no se les da apoyo psicológico. Muchas veces el primer acto que les obligan a cometer es matar a sus propios padres para romper el vínculo familiar.
- La dificultad de salir de la espiral de violencia y volver a casa:
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- Porque pasan en el grupo o fuerza armada los años en los que desarrollan su personalidad, y aprenden a convivir en un entorno jerárquico y de violencia.
- Porque no saben dónde está su familia y comunidad y, cuando por fin se encuentran, a veces la familia los rechaza por su pasado, ya que tienen miedo a que los ataquen o no aceptan a las niñas cuando vuelven con hijos que han tenido durante su ausencia.
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- Porque no han podido ir a la escuela y esto hace que sus oportunidades de un futuro mejor se reduzcan enormemente.