Día Mundial Contra la Contaminación Acústica
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a la contaminación acústica como la segunda amenaza ambiental después de la polución.
El 1,8 por ciento de los ataques al corazón son responsabilidad del ruido del tráfico sólo por citar un ejemplo.
Las estimaciones en años de vida perdidos a causa de las muertes prematuras y de vida saludable por las enfermedades provocadas, calculan que se pierden 61.000 años por problemas en el corazón y 45.000 años por daño cognitivo en niños en Europa.
Además, estar sometido a este tipo de sonidos por un largo período puede lesionar las estructuras sensibles del oído y en algunos casos provocar problemas auditivos.
Evitar en lo posible pasar mucho tiempo a diario en las congestiones vehiculares, procurar ambientes relajados y silenciosos para conciliar el sueño, son algunas recomendaciones para no afectar la salud con los ruidos urbanos.
El ruido se mide en decibelios (dB) y se calcula a través de aparatos llamados sonómetros.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite superior deseable es de 50 dB. Está demostrado que el deterioro auditivo comienza de 75 a 125 dB, si se sobrepasan los 125 dB se llega a un nivel doloroso y se llega al umbral del dolor a los 140 dB.
Algunos ejemplos prácticos de lo que significa una medición por decibelios son:
- 0 a 30 dB = canto de pájaros o un alfiler que cae al suelo
- 40 a 50 dB = susurro suave, conversación en tono normal
- 60 a 70 dB = conversación en tono alto, ambiente dentro de una oficina
- 80 a 90 dB = ruido que provoca cortar el césped con una podadora, el interior de una fábrica o el tráfico en movimiento.
- 100 a 110 dB = ruido de una obra o construcción o el sonido del claxon en los atascos
- 130-140 dB = ruido que provoca el despegue de un avión
Una exposición prolongada al ruido provoca efectos negativos a la salud como:
- Disminución importante de la capacidad auditiva o sordera.
- Trastornos psicológicos (paranoia, irritabilidad, estrés, mal humor, alteraciones en el rendimiento intelectual).
- Problemas fisiológicos (pérdida de la audición hipertensión, dolor de cabeza, taquicardia, fatiga, aceleración cardiaca, trastornos del sueño, molestias digestivas, disminución del apetito sexual, enfermedades cardiovasculares, infartos cerebrales).
- Afectaciones sociales: el ruido ha contribuido a un número considerable de accidentes e incluso puede ser desencadenante de agresividad social, hostilidad y violencia.