Día Mundial de la Anticoncepción.
Cada año el 26 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Anticoncepción.
La jornada es apoyada desde sus inicios, en el año 2007, por una coalición de 10 organizaciones no gubernamentales internacionales y diferentes sociedades científicas y médicas con intereses en la salud sexual y reproductiva.
El principal objetivo de la celebración del Día Mundial de la Anticoncepción es mejorar la salud sexual y reproductiva a través de la sensibilización y la difusión de la información sobre sexualidad y anticoncepción.
Con la celebración de este Día los organizadores también buscan llamar la atención de las instituciones competentes en materia de políticas educativas.
Con una base educativa de calidad en salud sexual y anticonceptiva se podrían reducir el número de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual y sida.
Los estudios demuestran que los embarazos no deseados son un problema global que afecta de manera negativa en el terreno emocional, profesional y social de estas mujeres y que producen costos elevados en los sistemas sanitarios.
En Argentina existe la Ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (Ley 25.673). Uno de los objetivos de esta ley es promover la salud de los adolescentes y prevenir embarazos no deseados.
Para ello se establece incluir en el Plan Médico Obligatorio (PMO) los métodos y elementos anticonceptivos respetando las convicciones de las usuarias e informando las ventajas y desventajas de cada uno de ellos. Los servicios de salud del sector público, la seguridad social y los sistemas privados los incorporarán en sus coberturas.
Desde la aparición de la píldora anticonceptiva a principios de la década del sesenta, la medicina y la ginecología han avanzado y mucho, en el terreno de la anticoncepción: se han desarrollado pastillas, parches, anillos vaginales, dispositivos intrauterinos, con cobre o con gestágenos, anticonceptivos orales, combinados o con gestágenos solos, anticoncepción para la lactancia, para el síndrome premenstrual, para tratamientos de varias patologías asociados a la anticoncepción; de duración variable de 21 días, de 28, rango extendido de 84 días, se está hablando de que la usuaria regule sus propios ciclos 3 o 4 veces al año, todo esto es parte de la evolución de la anticoncepción que hoy contamos en nuestro país.
Sin embargo, las cifras de embarazos no deseados y su consecuencia (el aborto provocado) siguen siendo elevadas en todo el mundo, en gran medida en la población adolescente.
La tasa de embarazo en este grupo etario es del 20 por ciento promedio en todo Latinoamérica, teniendo la segunda posición a nivel mundial, y la principal estrategia para luchar contra esto es la concientización, difusión permanente de información y acceso a los anticonceptivos en todos los centros de salud, del más chico al más grande.
Como establece la OMS, la consulta por anticoncepción sigue considerándose una consulta de emergencia y toda paciente debe tener acceso a la misma y llevarse un método seguro al finalizar.
Entre otros, tenemos derecho a:
• Elegir y decidir libre de violencia o de presiones.
• Poder decir qué NO y que nadie me obligue a nada.
• Tener información adecuada.
• Tener una vida sexual saludable, placentera y libre de riesgos.
• Conocer los cuidados anticonceptivos y elegir los métodos de cuidado y planificación familiar que más me convienen.
• Conocer sobre las infecciones de transmisión sexual.
• A la NO violencia.
• Decidir cuántos hijos quiero tener, cada cuánto, cuándo y con quién.
• La igualdad de poder en las relaciones de pareja.
• Expresarme libremente.
• Que se tenga en cuenta, respete y no discrimine mi cultura, mi religión, mis valores y mis convicciones.
• Recibir atención en salud y educación.