Día Mundial de la Ecología.
El primer día de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ecología. Una celebración orientada al trabajo de los ecólogos y a la ecología como disciplina, pero también a la concienciación sobre la importancia de cuidar nuestra relación con el medio que nos rodea.
Recordar la importancia de conocer y respetar las relaciones que existen entre todos los seres vivos y su medio ambiente y crear así conciencia en la población sobre la preservación de este es el gran reto del Día Mundial de la Ecología.
La Ecología es una «ciencia que estudia los seres vivos como habitantes de un medio, y las relaciones que mantienen entre sí y con el propio medio.»
Una rama de estudio compleja en la que se incluyen los elementos que conforman el medio y los actores involucrados en su estudio, así como los factores del clima y la geología.
Conocer más de esta disciplina es esencial para ser conscientes de la responsabilidad que como seres humanos debemos al medio que nos rodea y en general al planeta que es nuestro hogar y el hogar de muchos otros. No debemos olvidar que de otra forma no podremos garantizar el bienestar y el crecimiento de nuestras sociedades.
La Ecología afronta hoy el día numerosos retos. Entre estos probablemente los mas importantes sean: el calentamiento global, la desertización, la destrucción de la biodiversidad, la crisis mundial de los recursos hídricos y la contaminación de los medios, tanto del aire como del suelo y del agua.
Recordando el objetivo del Día Mundial de la Ecología nuestra celebración debiera ir encaminada a cambiar nuestras rutinas con el fin de disminuir nuestra huella ecológica. Porque en la medida que utilicemos de manera inteligente nuestros recursos naturales podremos garantizar en el futuro nuestro desarrollo y bienestar.
Nuestra irresponsabilidad ocupa últimamente numerosas portadas. Estamos acostumbrados a leer cada día noticias que nos involucran y dan cuenta del peligro que corren ecosistemas y hábitats que tan bien conocemos,
¿Que debemos hacer?
- Generar la mínima cantidad de desperdicios posibles. ¿Cómo? Buscando un consumo responsable que elimine productos de un solo uso de nuestros carritos, poniendo especialmente atención a aquellos que contribuyen a la contaminación por plásticos y a los desechos tecnológicos.
- Caminar, montar en bici y utilizar el transporte público. Los gases de efecto invernadero producidos por los medios de transporte tradicionales hacen que el aire de nuestras ciudades se contamine. Andar y montar en bici además de ayudarnos a mantenernos activos contribuirá a crear ciudades mas limpias.
- Hacer un uso responsable del agua. ¿Cuánta agua malgastamos en casa? ¿Cerramos la canilla a la hora de lavarse los dientes? ¿Tenemos pérdidas que no hemos arreglado?
- Prestar atención a la energía que consumimos en nuestros hogares. Cambiar las viejas bombillas incandescentes por otras de bajo consumo no solo ahorra dinero sino que permitirá un menor uso de energía y emisiones de CO2. Desenchufar los equipos electrónicos que no se utilizan también es una medida que podemos tomar como hábito responsable.
- Reciclar. Reciclar debe ser la última medida después de reducir y reutilizar. Algo tan simple como tirar los desperdicios al contenedor correspondiente (plástico, vidrio, papel y orgánicos), es una medida que debiéramos tener todos ya interiorizada.
- No fomentar industrias que resulten perjudiciales para el medio ambiente, o porque hacen un uso abusivo o un mal uso de los recursos naturales, o bien porque ponen en peligro los ecosistemas tal y como los conocemos.