Día Mundial de la Espirometría.
El 14 de octubre del 2010 se celebró el primer “Día mundial de la Espirometría”, evento que fue promovido a nivel mundial por la European Respiratory Society (ERS) a través de su organismo de difusión la European Lung Foundation (ELF).
El objetivo de esta jornada fue el de dar a conocer entre el público general, los profesionales y las autoridades, la prueba diagnóstica más usada entre los neumólogos, “la espirometría”. También, el de aumentar la conciencia sobre la importancia de las enfermedades pulmonares y las medidas preventivas para evitar su aparición y/o evolución.
Dentro de las sociedades neumológicas se promovió la realización de espirometrías en los centros hospitalarios entre el público asistente.
El grado de conocimiento de esta prueba es todavía muy bajo entre la población general. Sería recomendable, pues, que se realizaran jornadas de estudios para conseguir un mayor conocimiento y divulgación de la prueba, así como la posible detección de individuos con enfermedades respiratorias de forma precoz y poder, de esta manera, actuar con mayor contundencia sobre los factores de riesgo desencadenantes.
La espirometría es una prueba no invasiva que permite conocer la función pulmonar de una persona.
Consiste en respirar por la boca a través de un pequeño tubo, y forzar la respiración para medir el flujo aéreo.
Cuando estés en la consulta te harán unas preguntas generales sobre tu estado de salud y las situaciones en las que has notado dificultad para respirar.
También te preguntarán si has tenido tos de repetición, expectoración, o has escuchado pitidos en el pecho.
Justo después te explorarán, prestando especial atención a la auscultación de los pulmones.
Si el médico lo considera necesario pedirá una espirometría, que podrán realizarte en ese momento u otro día.
En la cita de la espirometría te pedirán que te sientes y te pongas cómodo. Aprovecha para quitarte abrigos y chaquetas que puedan hacerte sentir incómodo a la hora de realizar la prueba.
Cuando estés sentado te pedirán que tomes un pequeño aparato (algo más grande que un celular) que tiene un pequeño tubo desechable.
Tendrás que meterte el tubo en la boca para respirar a través de él. Suelen ponerte unas pinzas en la nariz para evitar que respires a través de ella.
Una vez preparado te pedirán que respires con normalidad a través del tubo. Así comprobarán que la máquina capta bien tu respiración y que tú respiras sin problemas.
Medirán el aire que intercambias mediante un ritmo respiratorio normal. Luego te pedirán que tomes todo el aire que puedas y lo aguantes y lo sostengas un par de segundos, después te dirán que lo sueltes lentamente hasta que ya no puedas espirar más.
Hasta aquí sería la espirometría simple. La siguiente fase de la prueba sería la espirometría forzada.
Te pedirán que tomes todo el aire que puedas una vez más y lo sostengas un par de segundos. Después te pedirán que lo sueltes de golpe, bruscamente, y sigas soltando aire hasta que ya no puedas más.
Es normal que el técnico que realice la prueba grite y te anime a soltar todo el aire rápidamente, a veces con violencia. Es el modo de que te veas forzado a realizar la prueba correctamente, y si no es así tendrás que repetir esta última fase.
En los casos en los que se detecta patrón obstructivo, se puede realizar la prueba de broncodilatación.
Para ello te darán un aerosol para que inhales una sustancia broncodilatadora en dos dosis. Al poco rato te repetirán la espirometría forzada.
Inmediatamente después de la prueba se obtienen los resultados, aunque tendrás que ir de nuevo a la consulta del médico para que los valore y te informe.
No se conocen complicaciones de la espirometría. Es una prueba segura que no entraña riesgos para las personas que se someten a ella.
Se han descripto crisis de asma asociadas a la realización de la prueba, pero es anecdótico y se pueden prevenir detectando a las personas que no se encuentran bien respiratoriamente en el momento de la prueba.