Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, 15 de julio.
En el mundo actual, el creciente desempleo juvenil es uno de los problemas más acuciantes con el que se enfrentan las economías y sociedades, tanto de países desarrollados como en desarrollo. Será preciso crear al menos 475 millones de nuevos puestos de trabajo en la próxima década para absorber a los 73 millones de jóvenes actualmente desempleados y a los 40 millones que ingresan anualmente en el mercado de trabajo
Al mismo tiempo, las encuestas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) indican que tanto los empleadores como los jóvenes consideran que muchos graduados están insuficientemente preparados para el mundo laboral.
Conseguir un trabajo decente representa un desafío considerable. En muchos países, el sector informal y el de la economía rural tradicional siguen siendo una fuente importante de empleo. En la actualidad hay en todo el mundo 1440 millones de trabajadores en situación laboral vulnerable. Más de la mitad de estos trabajadores residen en el África Subsahariana y Asia Meridional, regiones donde tres de cada cuatro trabajadores están expuestos a condiciones de empleo precarias.
La comunidad internacional ha establecido una ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta agenda requiere un enfoque integrado del desarrollo, que reconozca que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, la lucha contra la desigualdad dentro de los países y entre ellos, la preservación del planeta, la promoción del crecimiento económico inclusivo y sostenible, el logro del empleo pleno y productivo y de un trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, y la consecución de la plena igualdad entre hombres y mujeres y el fomento de la inclusión social son interdependientes.
La Declaración de Incheon: «Educación 2030» queda plenamente plasmada en el Objetivo de Desarrollo Sostenible: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
En la agenda Educación 2030 se presta gran atención al desarrollo de competencias técnicas y profesionales, específicamente en lo que se refiere al acceso a una enseñanza y formación técnica y profesional asequible y de calidad; la adquisición de competencias técnicas y profesionales con miras al empleo, el trabajo decente y el espíritu empresarial; la eliminación de las disparidades entre los géneros y la garantía de acceso de las personas vulnerables.
En este contexto, se espera que la enseñanza y formación técnica y profesional (EFTP) permita responder a múltiples demandas de naturaleza económica, social y ambiental ayudando a los jóvenes y adultos a desarrollar las competencias que necesitan para el empleo, el trabajo decente y el espíritu empresarial, promoviendo el crecimiento económico sostenible e inclusivo y apoyando la transición a las economías ecológicas y la sostenibilidad ambiental.