Día Mundial de Lucha Contra la Depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un importante problema de salud pública que afecta a unos 120 millones de personas en el mundo, de los que menos del 25% tienen acceso a tratamientos efectivos. Es más, según algunas estimaciones, la depresión pasará a convertirse en el año 2020 en la segunda causa de discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares.
En particular, el Trastorno de Depresión Mayor es una enfermedad mental que se caracteriza por la pérdida de interés o de placer en actividades anteriormente consideradas agradables y en un bajo estado de ánimo persistente durante un periodo minino de 2 semanas.
Además del bajo estado de ánimo y la perdida de interés, la depresión suele estar acompañada por una serie de síntomas cognitivos, conductuales, emocionales y físicos que perjudican gravemente la vida de la persona afectada (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM – 5).
El trastorno de depresión mayor puede afectar a personas de cualquier edad, condición económica, nivel educativo o cultural y suponen un gran coste para el individuo, la familia, el sistema sanitario y la comunidad en general.
Para explicar las posibles causas que generan la depresión, así como enfocar su posible tratamiento es necesario adoptar un modelo biopsicosocial. Según este modelo son 3 los factores que desempeñan un papel significativo en el desarrollo de los trastornos depresivos. Estos factores son:
- Biológicos:
- deficiencia de algún neurotransmisor: serotonina, dopamina y noradrenalina;
- anomalías neuroanatómicas;
- anomalías neurofisiològicas;
- Psicológicos:
- pensamientos;
- creencias;
- emociones;
- específicos rasgos de personalidad;
- conductas;
- estrategia de afrontamiento frente al estrés;
- Sociales:
- problemáticas familiares;
- desempleo;
- dificultades económicas;
- discriminación;
- factores ambientales del lugar en que vive el sujeto.
Asimismo, según este modelo, el tratamiento de la depresión, así como de cualquier otra enfermedad, debería tener cuenta de la integración de esos tres factores.
En relación con ello, hoy en día las investigaciones muestran que los tratamientos que prevén la combinación de terapias de tipo psicológico y farmacológico son más eficaces para tratar la depresión en comparación a la sola terapia psicológica o al solo uso de los antidepresivos.
Por otra parte, es también muy importante no olvidarse del papel de los factores sociales como causas de la depresión y enfocar esos factores (desempleo, dificultades económicas, discriminación, factores ambientales del lugar en que vive el sujeto) mediante especificas políticas sociales, económicas, laborales y facilitando el acceso a los tratamientos más efectivos para los sujetos más desfavorecidos.