Día Nacional de la Seguridad Vial.
Hasta el 10 de junio de 1945, en todo el territorio argentino se conducía por la izquierda.
Esta fue una costumbre heredada de Inglaterra y otras colonias británicas.
A partir de esa fecha, el Gobierno estableció que se debía manejar por la derecha, como en Europa y Estados Unidos, los dos mercados que más estaban influyendo con sus productos en la industria automotriz argentina.
Para evitar accidentes y alertar a conductores y peatones, el entonces presidente de facto Edelmiro Julián Farrell puso en marcha la primera campaña nacional de educación vial. En recuerdo de ese acto hoy se celebra el Día Nacional de la Seguridad Vial.
Reducir los accidentes de tránsito -y los daños para personas y bienes en los siniestros. es una preocupación que -con resultados muchas veces esquivos- existe en la Argentina desde hace más de medio siglo.
Debemos asumir muy seria y urgentemente la pandemia de los siniestros de tránsito, con la misma convicción y la fuerza que tuvieron para enfrentar el coronavirus, ya que ésta provoca miles de muertos cada año, decenas de miles de heridos y millonarias pérdidas materiales en nuestro país.
En Argentina, a diferencia de otros países, los muertos en el tránsito casi no han disminuido en las últimas décadas (6.000 por año).
La curva de muertes se ha amesetado en un nivel muy alto y las víctimas son 280 veces más que las que se ha cobrado el COVID-19 hasta ahora.
A diferencia del coronavirus, que todavía no conoce un medicamento eficaz para combatirlo, en el mundo se han hallado medidas que se han probado muy exitosas para reducir la morbi-mortalidad en el tránsito.
El Plan Mundial propuesto por las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, sistematizó el tratamiento y los remedios para combatir esta pandemia.
Resulta prioritario:
- El uso permanente y generalizado de los cascos en motocicletas y bicicletas.
- El uso permanente y generalizado de los cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil en los demás vehículos automotores.
- El cumplimiento de los límites de velocidad, y también su reducción.
- Evitar el consumo de alcohol y/o drogas al volante.
- Evitar el uso del celular al volante.
- El otorgamiento generalizado de la prioridad a los peatones.
- Generalizar los controles eficaces en calles y rutas con sanciones efectivas a los infractores.
- Implementar la educación vial sistemática y continua
Solo una política de Estado con un accionar integral, coherente y sostenido en el tiempo, en todos los pilares de la seguridad vial, hará posible convencer a todos de la gravedad del problema y de hacer los cambios personales y sociales para combatir esta pandemia por la salud, la vida y la convivencia en el sistema del tránsito.