Día Nacional del Derecho a la Identidad.
“No hay forma de medir los estragos de la apropiación en la subjetividad y en el cuerpo. Pero lo que sí sabemos las Abuelas es el efecto reparador de la restitución”, así resume el editorial de este año de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que se inició un día como hoy, el 22 de octubre de 1977.
En 1977, estaba compuesta, en un principio, por 12 mujeres, entre ellas María Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani y Alicia «Licha» de De la Cuadra, a las que luego se uniera Estela de Carlotto, actual titular de la Institución.
Estas mujeres eran madres de desaparecidos que además de reclamar por la aparición con vida de estos, buscaban a sus nietos, algunos secuestrados junto a sus padres y otro nacidos durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención.
Emblemas de un derecho que es inalienable, las Abuelas llevan 45 años de lucha ininterrumpida, firmes en el objetivo de recuperar las identidades de niños y niñas apropiados durante la última dictadura militar.
Impulsadas por el amor y la búsqueda de memoria, verdad y justicia, las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado restituir hasta ahora 130 identidades, pero quedan cerca de 300 nietos y nietas que viven sin conocer su verdadero origen.
También quedan 600 restos de detenidos-desaparecidos que el Equipo Argentino de Antropología Forense aún no identificó.
Todas las personas tienen derecho a conocer su identidad biológica.
Es en conmemoración a su lucha que, en 2004, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 26.001 para instaurar el Día Nacional por el Derecho a la Identidad y fomentar así una jornada educativa y de concientización en todos los niveles.
Como ellas mismas dicen, primero enfrentaron a la dictadura, luego a la ausencia de justicia y “hoy al paso del tiempo”.
Siguen alentando el compromiso de la comunidad en la búsqueda de los que faltan encontrar. Para que amigos, familiares, parejas de quienes dudan de su origen los impulsen a buscar la verdad.
Nuestro país, que ha ratificado la Convención de los Derechos del Niño, asume el compromiso de velar por el derecho de las niñas, niños y adolescentes a conocer y preservar su identidad, su nombre, su nacionalidad y sus relaciones familiares, así como a tener su propia vida cultural, a profesar su religión y a conservar su lengua de origen.