Día Nacional del Gaucho
En 1872 José Hernández escribió el poema narrativo El gaucho Martín Fierro, una obra que muestra a uno de los personajes más representativos de esta parte de la región.
El autor puso su empeño en defender a los paisanos de las injusticias cometidas contra ellos. Por eso, en conmemoración a esa publicación, cada 6 de diciembre se celebra el “Día Nacional del Gaucho”, con el objeto de rescatar y difundir las manifestaciones culturales gauchescas.
La fecha se oficializó el 15 de diciembre de 1993, a través de la ley N.º 24303.
El Decreto 1096/96, como parte de esa ley, dispone la creación de una Comisión Nacional del Gaucho, en el ámbito de la entonces Secretaría de Cultura de la Nación, para realizar acciones y eventos conducentes a la celebración del «Día Nacional del Gaucho».
La obra cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana al que la injusticia social del contexto histórico lo vuelve un gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho.
Originalmente, el gaucho era una representación de las clases populares, de aquellos que luchaban en las sombras contra el sistema que los oprimía. El personaje de Martín Fierro, especialmente en el primer poema de Hernández, La Ida (1872), es un claro ejemplo de ese enfrentamiento. Fierro es víctima de reclutamientos forzosos para el ejército, y, tras huir, se enfrenta a una serie de desafíos que lo colocan fuera de la ley, pero dentro de una moral popular que lo eleva como héroe.
La imagen del gaucho comenzó a asociarse con la resistencia, la crítica social y la rebeldía.
A lo largo del tiempo, la figura del gaucho dejó de ser solo un emblema de los sectores más bajos para convertirse en un símbolo de la argentinidad, representando la virilidad, la lealtad, la sencillez y el apego a las tradiciones del campo.
Su lucha, tanto en la literatura como en la historia, se convirtió en la representación de la lucha de un pueblo contra las injusticias de las élites políticas y económicas.
Hacia la década de 1880, el gaucho ya no era solo un símbolo de los sectores populares, sino que se había convertido en un verdadero héroe nacional. La popularidad de la figura gaucha fue tal que las élites y el propio Estado decidieron adoptarla, reconociéndola como emblema de lo nacional y lo argentino.