Disfunción tiroidea. Dieta alimenticia
Un diagnóstico de disfunción tiroidea, sea hiper o hipotiroidismo, es mucho más común de lo que pensás. Es importante saber cómo favorecer el buen funcionamiento de esta glándula desde la dieta: y mucho más sencillo de lo que te imaginás.
1. La espinaca, lechuga y otras hojas verdes son una fuente importante de magnesio. Este mineral es necesario para el correcto funcionamiento de la tiroides. Si sientes calambres, fatiga o cambios en el ritmo cardíaco, es necesario que estés atento e incorpores una cantidad adecuada del mismo.
2. Los frutos secos, en especial las almendras, castañas de cajú, nueces de Brasil y las semillas de calabaza son una excelente fuente de magnesio. Pero además, las Nueces de Brasil aportan Selenio que facilitan el buen funcionamiento de la tiroides. Con un puñado de frutos secos cubrimos las necesidades diarias.
3. El pescado, camarones y las algas son una fuente de Iodo, otro mineral fundamental para el funcionamiento y producción de las hormonas tiroides. Ojo en las personas con hipertiroidismo porque niveles elevados de iodo pueden aumentar su producción
4. La col rizada posee una sustancia que reduce la utilización del iodo por la tiroides por eso es importante estar atentos a incorporar suficiente cantidad suficiente. Posiblemente, el brócoli, el coliflor y repollitos de Bruselas tendrían el mismo efecto.
5. La Semilla de la soja y algunos productos como la leche de soja, puede interferir en la habilidad de la glándula para producir hormonas tiroides, sólo si el consumo de iodo es insuficiente. Por eso incorpora alimentos ricos en iodo y utiliza la sal iodada.
6. El exceso de consumo de ácido Lipoico presente en los riñones, hígado o corazón pueden interrumpir el adecuado funcionamiento de la glándula tiroides.
7. Ante la presencia de enfermedad celíaca, que es una enfermedad autoinmune donde existe intolerancia al gluten, proteína presente en el trigo avena, cebada y centeno, es interesante chequear el funcionamiento de la glándula a través de un análisis de sangre para detectar posibles alteraciones en la glándula por tratarse ambas de una enfermedad autoinmune.