El Congreso Sanciona el Voto Femenino en 1947.
El 23 de septiembre Evita debutó como oradora en el balcón de la Casa Rosada para hablar ante una multitud convocada por la CGT que celebraba la obtención el voto femenino.
Aquella voz inconfundible dijo entonces: “Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos.” Y remarcó que se trataba de una “. victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional”.
Lejos de alegrarse las dirigentes opositoras de todo el arco político desde la izquierda a la derecha, que venían luchando por lograr el voto femenino y la total integración de la mujer a la política, sintieron que Evita les arrebataba una reivindicación histórica y una anhelada conquista.
La Argentina pasó a tener sufragio universal. Las mujeres lo habían logrado, dando un paso fundamental en sus luchas, al acceder a los derechos políticos que hasta ese momento les eran negados. Cuatro años más tarde, en 1951, acudieron en masa a votar para las elecciones presidenciales, con la alegría con que se ejerce un derecho que se ha conquistado colectivamente