El Papa y Mauricio Macri
Con 22 minutos a solas con el Papa, Mauricio Macri tuvo una de las audiencias más breves jamás concedidas a un mandatario. Sólo la reina Isabel II estuvo a solas con Francisco por menos tiempo, 17 minutos, pero fue porque llegó veinte minutos tarde a la audiencia y el papa tenía otra programada. El presidente argentino quedó muy lejos del record a la reunión más larga, la hora y 45 minutos que tuvo su antecesora Cristina Fernández de Kirchner. Como para que quede en claro, la siguiente actividad de Jorge Bergoglio en la mañana de ayer fue verse con el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera. Ese encuentro fue de las 10.20 a las 11.13, 53 minutos netos.
Macri no fue recibido en la Residencia Santa Marta, donde vive el papa y donde habitualmente tiene sus audiencias, sino en la Biblioteca Pontificia del Palacio Apostólico. El Presidente llegó con una comitiva de diez personas que incluía a su esposa Juliana Awada, la canciller Susana Malcorra y los gobernadores de Mendoza Alfredo Cornejo, de Tierra del Fuego Rosana Bertone y de Salta Juan Manuel Urtubey. La presencia de los peronistas Bertone y Urtubey no cayó bien en el Vaticano, que la vio como un intento de meter la agenda política local en la reunión. Bertone es, además, sobrina del cardenal Tarcisio Bertone, con el que Francisco mantiene una mala relación.
“Buenos días señor presidente, ¿cómo le va?”, “cómo está Francisco, un gusto”, fueron las frases con las que se saludaron e inmediatamente pasaron a la biblioteca para la conversación privada. En el curso del “cordial coloquio”, dijo la oficina de prensa vaticana, fueron abordados “temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha a la pobreza y al narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social”. También se hizo referencia a temas de relevancia e interés en el campo regional y mundial, concluyó el comunicado vaticano. El Papa no hizo declaraciones sobre la reunión, pero sus primeras palabras públicas del día fueron: “Los derechos del hombre no pueden quedar por debajo de la libertad de comercio”.
Luego de los 22 minutos, se hicieron entrega de los regalos. Para Francisco hubo un poncho de alpaca, una cruz de madera de la Virgen de Matará y doce CD de música argentina. Para Macri hubo una copia de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato si, además de una medalla con una planta de olivo, símbolo de la paz. “Me gusta regalar esto a los jefes de Estado. Es un olivo con dos ramas y en el medio algo que no funciona, que está separado, y el olivo los une. Esto es lo que les deseo a todos los jefes de Estado”, dijo Francisco al entregarle la medalla. A continuación, como exige el protocolo vaticano, el presidente fue a saludar al cardenal secretario de Estado vaticano –virtual primer ministro– Pietro Parolin.
En cuanto a los temas tratados, dijo Macri además que “recorrimos una agenda sobre el momento que se vive en la Argentina y las cosas que pasan en el mundo y ratificamos la vocación de que en aquello que podamos colaborar, estaremos en contacto”. Su conversación con el pontífice “fue muy general” subrayó cuando se le preguntó si habían tratado el asunto de Milagro Sala, la dirigente indígena arrestada en Jujuy, y en torno a la cual se ha desatado una polémica en Argentina a causa de un rosario bendecido que le mandó Francisco.
“Hablamos de la importancia de tener en la agenda puntos fundamentales como la unión de los argentinos, la lucha contra la pobreza y contra el narcotráfico. Le comenté y acordó conmigo que la Argentina debe retomar su contacto con el mundo, que debe ser creíble, confiable para entrar en un proceso de atraer inversiones y crear trabajo. El me habló de recuperar la cultura del trabajo”. El papa le dio un consejo: “que tuviera paciencia pero que no dudara en enfrentar los problemas graves que tiene la Argentina como el narcotráfico y la corrupción (…) Las coincidencias y los temas de fondo siguen siendo los mismos, cada uno desde su lugar está trabajando por mayor inclusión, mayor justicia, con las herramientas que cada uno tiene”.
Fuente:Enviado pag/12