El Programa del Gobierno Licúa el Salario, la Producción Interna y los Ahorros.
«La licuadora (que puso en marcha Milei) es un impulso a propósito a la inflación, que entre otras cosas muestra que es falso el argumento de la inflación por la herencia dejada por Massa y Alberto Fernández, porque él lo llama directamente la licuadora. Es generar un salto inflacionario que lo provocó con el aumento del dólar, combustibles, tarifas, la vía libre a que los empresarios suban precios en distintos rubros de bienes y servicios. Porque esa licuadora inflacionaria que él puso en marcha busca carcomer los salarios, también el gasto público, las jubilaciones, los salarios y también los ahorros de la población», sostuvo el economista Andrés Asiain sobre la coyuntura económica y las consecuencias de la política llevada adelante desde el Ministerio de Economía, por Luis Caputo.
«Esto es parte de un programa que tiene la idea de licuar, por un lado, el gasto del Estado, licuar los salarios de los trabajadores del sector privado, licuar en cierta forma también todo el nivel de producción destinado al mercado interno, achicando la economía interna, de esta manera se reducen las importaciones, y también licuar los ahorros de la población para de esa manera, después con una pequeña cantidad de dólares, poder dolarizar», expresó.
La licuación de ahorros
Sobre la baja de los dólares alternativos y la existencia de una licuación de ahorros de la clase media en virtud del aumento del costo de vida y la imposibilidad de hacerles frente a ellos desde el salario, Asiain comentó: «La confiscación de los ahorros la está haciendo por la vía inflacionaria, básicamente. Si vos tenés un ahorro, un plazo fijo paga 110%, el dólar está planchado y la inflación fue en dos meses 50%, te das cuenta que te están licuando los ahorros. Si tenés un plazo fijo vas a perder más de la mitad de la plata en términos de poder de compra. Entonces la licuación viene por esa vía. El conseguir dólares que el gobierno festeja (aspiró cerca de US$ 7.000 millones) se está consiguiendo a costa de un plan tan contractivo, destructivo, de la economía nacional, el consumo cae, las empresas cierran, las pymes están cerrando, hay bajas en niveles de producción, entonces no se importan insumos, ni maquinaria, ni artículos de consumo, y han derrumbado las importaciones, y encima las que no derrumbaron las mandaron a pagar adelante con un bono en dólares».
La dolarización
El economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz advirtió que el plan de dolarización a corto plazo chocaría con una situación muy precaria en cuanto a reservas, que impediría por ejemplo hacer frente a una salida de depósitos bancarios dolarizados.
Por otra parte, «como el saldo de dólares está generado básicamente por la vía de una contracción de la economía nacional tan grande, por el plan motosierra-licuadora, si la dolarización se logra implementar, estabiliza los precios y eso probablemente genere cierta reactivación económica de corto plazo, el saldo externo desaparezca en breve, o sea, se reactiva un poco la economía, entonces las importaciones se reactiven, y este saldo externo que permitía la acumulación de dólares se acaba».
«No se resolvió el problema de la deuda, no hay perspectiva de grandes inversiones, ni siquiera un salto exportador importante, lo único que podría ayudar a mediano plazo es la sustitución de hidrocarburos a partir de YPF y Vaca Muerta, pero sacando eso, uno dice, no hay condiciones estructurales, para sostener un proceso con un tipo de cambio rígido durante mucho tiempo», sostuvo.
En cuanto a las chances de implementación de una dolarización luego de la mitad de año, Asiain precisó: «Lo veo arriesgado, pero lo veo viable en un par de meses, con el comienzo de la cosecha y la liquidación de granos relativa. Solo tenés que rescatar los pesos en circulación, el resto es nominal, incluso si uno lo piensa con el avance de las billeteras virtuales»-
Y advirtió: «Dicen que dolarizan, cambian los precios de circulación, le dicen a todo el mundo, toda la plata que está ahora es en dólares, aunque no estén los dólares. El tema es la fragilidad de ese esquema, que no resiste la mínima corrida. Entonces, el problema es la sostenibilidad. Vos la podés lanzar, enprincipio podés tener un éxito relativo, digamos, pero…».
Aunque por otra parte, planteó que «hay que desdramatizar la idea de que por ahí con una dolarización se acaba el mundo. Argentina sigue teniendo posibilidades. Lo cierto es que estamos pagando todo el sufrimiento para implementar una dolarización. Nosotros desde el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz hace tiempo venimos diciendo que se pueden meter planes de estabilización como fue el plan real, con la moneda indexada, que no necesita todo este sufrimiento social previo. Pero lo real es que con todo este sufrimiento social previo, si no hacen un plan de estabilización, aunque sea una dolarización, vos decís, apagué el costo y no tengo los beneficios, ¿No? Porque me indicaron el salario y la jubilación, está todo parado de la obra pública, está todo hecho bosta, y ni siquiera frenan la inflación. Entonces, por lo menos, frename la inflación».
El descalabro de precios desorganiza la vida de las personas y se ven largas filas en las casas de cambio con “mucha gente vendiendo y poca gente comprando”.
Eso explica parte de la caída de los dólares paralelos desde comienzos de febrero. “Están perdiendo todos los que compraron en enero porque desde el pico de alrededor de 1.300 pesos, la cotización no para de bajar”, comenta un operador de casas de cambio que describe la situación como “inédita”.
El presidente Milei retuitió una nota de El Economista titulada “Por el apretón monetario, inflación y recesión, ahorristas venden dólares para ‘llegar a fin de mes’”. Allí se describe cómo la clase media liquida sus ahorros para llegar a fin de mes y los que están un poquito mejor lo hacen para mantener su nivel de vida. El Presidente parece manifestarse orgulloso de llevar a estos «argentinos de bien» a una situación tan crítica.
Difícilmente será transitoria la caída en la actividad económica que resulta inducida (deseada) desde la política económica.
El presidente Milei afirmó que «el momento más duro será entre marzo y abril» y luego «como se toca fondo, empezás a rebotar», pero varios analistas ponen en duda sus palabras.
Los primeros datos de enero fueron contundentes y dieron cuenta de una recesión aguda, con caídas muy fuertes en la producción y expectativas desmejoradas sobre la creación de empleo. “En el primer trimestre del año, la tasa de desempleo aumentará” y se espera una contracción del PBI de entre un 3 y un 4 por ciento en el año. Ante este contexto, los planes del Gobierno se verán desafiados. El rebote quizás nunca llegue, la caída puede ser libre y al ajuste fiscal la recesión le será como un tiro en el pie impidiendo que mejore la recaudación tributaria.
En enero, la venta de insumos para la construcción tuvo una retracción del 29,2 por ciento en la comparación interanual, según el Índice Construya.
Los despachos de cemento también cayeron 20 por ciento de acuerdo a los datos de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland.
Las ventas minoristas se desplomaron 28,5 por ciento en igual comparación, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En cuanto a los patentamientos de autos fue el peor inicio de año desde 2004, a la salida de la crisis de la Convertibilidad, con una caída del 33 por ciento y del 16,7 por ciento en la producción según Adefa. Y la lista puede seguir. Es el ocaso de la producción industrial a pequeña y gran escala en el país, y de la clase media.
El INDEC difundió este jueves 15 de febrero los datos de uso de la capacidad instalada de la industria a diciembre de 2023, los últimos disponibles y procesados.
La utilización de la capacidad instalada en la industria muestra un nivel de 54,9% en diciembre de 2023, inferior al registrado en diciembre de 2022 (63,8%).
Fuente: Radio 10