Elisa Juarez, Encuentro de Mujeres, en Comunas un Desafío.
Nos envió al programa de este sábado un mensaje grabado la compañera Elisa Juarez, militante de la Corriente Nacional de la Militancia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el mismo nos cuenta su experiencia del 32° Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en la provincia del Chaco.
Aqui transcribimos lo que nos dijo:
«Desde el año 2003 que concurro a los encuentros y cada uno ha sido diferente, cada uno ha sido más nutritivo, es un aprendizaje. Las mujeres nos encontramos en talleres, mujeres que venimos de todo el país, mujeres amas de casa, enfermeras, piqueteras, militantes políticas, travestis, mujeres indígenas, de todas las especies, de todos los colores, de todos los lugares y hay un lema que rige al encuentro que es «Ninguna mujer vuelve igual» y realmente es así.
Hay setenta talleres con diversas temáticas y vas al que querés. Mi interés ha ido variando, empecé con «Mujer y géneros» en plural era raro pero fui aprendiendo que no solo hay masculino y femenino, sino que hay otros géneros.
Después fui a un taller de «Mujer y familia» también hablando de cuantos tipos de familias hay, como nos vamos organizando las mujeres para hacernos cargo de nuestros hijos, nuestros nietos, de esas familias ampliadas.
Este año participe por primera vez del «Mujer y trabajo sexual»; hasta ayer nomás yo estaba en contra del trabajo sexual, no lo entendía pero también como militante peronista me pregunto ya que nosotros somos siempre pro derechos, y ya Perón había legalizado la prostitución allá por los años cincuenta, me dije tengo que abrir mi cabeza y no cerrarme y muchas veces otras compañeras me decían estas hablando de algo que no conoces, estamos estigmatizando y ya desde el año pasado que vengo abriendo mi cabeza, mis orejas para escuchar, realmente para estar preparando la respuesta y la verdad que este año fue maravilloso pasar por ese taller, porque eso te enfrenta con tus propias limitaciones, cada taller te enfrenta con tus limitaciones, con tu prejuicio, las que somos más grandes que nos criamos con la virginidad como un atributo y como un deber ser también nos enfrentamos con este temor que les teníamos a las putas, que «las putas te quitan tu marido, ella lo satisface mejor que vos», y son un montón de cuestiones que van surgiendo entre las charlas con las compañeras y con las nuevas generaciones que vienen pensando en otros tipos de trabajos.
Para mí fue maravilloso y después marchar por las calles del Chaco, cuarenta cuadras, setenta mil mujeres, es un espectáculo increíble las mujeres salían a saludarnos, otras a mirarnos sorprendidas, lo mismo los varones, la verdad que el Chaco fue muy amigable con nosotras ,por supuesto que hay sectores que son más cerrados y que de repente que un grupo de mujeres acampe en una plaza porque no había alojamiento les sorprende, por ahí para nosotros que vivimos en capital y para nosotras es más fácil aceptarlo.
Por lo general se quedan con una parte de la marcha donde hay algunas compañeras que están más combatibas, en contra de la iglesia católica, pero no somos todas y el encuentro somos mucho más que eso.
Y para cerrar y hablando de todo esto una frase vimos una pintada que sintetiza lo que queremos decir:
«Quisiera ser pared para que saltes cuando me tocan», porque las personas cuidan tanto las paredes si están pintadas pero cuando a alguna de nosotras nos pasa algo, nos dicen «piropos» que no nos gustan, nos maltratan, nos manosean, nos matan, nos violan, pocos saltan igual que cuando saltan para cuidar una pared.