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Epilepsia.
Publicado: 09 sep 2016
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La epilepsia es un trastorno cerebral en el cual una persona tiene crisis epilépticas repetidas durante un tiempo. Las crisis epilépticas son episodios de actividad descontrolada y anormal de las neuronas que puede causar cambios en la atención o el comportamiento.
La epilepsia ocurre cuando los cambios permanentes en el tejido cerebral hacen que el cerebro esté demasiado excitable o irritable. Como resultado de esto, el cerebro envía señales anormales, lo cual ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles. (Una sola convulsión que no sucede de nuevo no es epilepsia).
A continuación podrá conocer algunos mitos y verdades sobre esta enfermedad:
- Cuando una persona tiene una crisis epiléptica, colóquele algo dentro de la boca para que no se trague la lengua.
MITO: Ninguna persona se ha comido la lengua durante una crisis epiléptica, esto NUNCA sucede. Algo que si sucede con alguna frecuencia es que durante una crisis epiléptica, algunas personas pueden morderse la lengua, pero nunca intente colocar algo en la boca del paciente, los músculos de la mandíbula ejercen mucha fuerza durante el ataque y puede lastimar en forma seria los dedos de la persona que intenta colocarle algo en la boca. Al intentar colocarle algo, puede producir que se fracture un diente o se luxe la mandíbula. - Las pacientes con epilepsia no pueden lactar a sus hijos.
- MITO: Existe la creencia de que una mamá con epilepsia que además toma medicamentos para las crisis (Anticonvulsivantes), no pueden lactar a sus hijos. Esto No es cierto. La leche materna es muy buena, contiene los nutrientes y anticuerpos que son necesarios para que un bebé crezca sano.
- Una epilepsia no le convertirá en enfermo mental.
VERDAD: Es un problema físico derivado de un exceso esporádico de actividad eléctrica en un grupo neuronas. - La persona con epilepsia no pueden estudiar, es mejor que deje de hacerlo.
MITO: La mayoría de los pacientes con epilepsia tiene una inteligencia normal. De modo que la persona puede estudiar y cumplir las exigencias intelectuales igual que el resto de los demás. - La epilepsia produce retardo mental.
MITO: Algunas personas con retardo mental y que además tienen alguna lesión cerebral como parálisis infantil por ejemplo, tienen más propensión a tener epilepsia. Pero la epilepsia no es la causa de su retardo o de la demencia. - Las personas con epilepsia NUNCA pueden conducir vehículo.
MITO: Las personas con crisis epilépticas no deben conducir hasta que estén complemente controladas las crisis y hasta que su médico le autorice.
Aunque cada situación es individual, los epileptólogos tienden a recomendar una espera de 3 a 6 meses libre de crisis, antes de conducir por primera vez o volver a conducir vehículo. - Muchas personas padecen una crisis epiléptica aislada a lo largo de su vida.
VERDAD: Sin embargo, esto no significa que sea un paciente con epilepsia, ya que oficialmente, no se considerará epilepsia hasta que no se produzca una segunda crisis epiléptica. - Las crisis epilépticas queman las neuronas.
MITO: Las crisis epilépticas NO queman las neuronas. Los pacientes no dejan de ser inteligentes por un ataque. Lo que sí es importante es que una crisis epiléptica de las que llamamos tónico clónicas (conocidas también como Gran Mal), durante más de 2- 3 minutos produce lo que llamamos hipoxia (la persona no respira durante la crisis) y esto puede producir daño cerebral. Igual ocurre en una condición médica llamada estado epiléptico (status epiléptico), en el cual el paciente presenta varias crisis sin recuperar la conciencia. - La epilepsia no le cambia la apariencia física.
VERDAD: En algunas crisis epilépticas se produce una contracción de todos los músculos, que vuelven a su estado normal al terminar el episodio. - Algunas personas sienten una sensación que las previene de una crisis epiléptica.
VERDAD: El aura es una sensación positiva o negativa que muchos pacientes identifican con el inminente desarrollo de una crisis. De esta forma, el aura les sirve de aviso y pueden tomar las precauciones oportunas. Fuente: Dr. Donato Spaccavento