Eva Perón, 26 de Julio de 1952…
“Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la Señora Eva Perón serán conducidos mañana al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente…”, decía el parte que el locutor Jorge Furnot leyó por la cadena de radiodifusión a las 21.36, ya con alguna precisión del que tal vez haya sido el velatorio más impactante de una figura pública del país.
Ese tiempo de vida (33 años) muy breve por cierto, le sirvió para convertirse en la figura femenina con mayor influencia en la historia argentina moderna.
Los mejores médicos argentinos atendieron el caso: el eminente cirujano Ricardo Finochietto, el cardiólogo Taquini. los ginecólogos Dionisi y Albertelli. Este último, llegó a fijar su domicilio en la Residencia Presidencial para asistir a la enferma con la mayor cercanía posible.
Un famoso médico cirujano estadounidense, el Dr. George Pack, fue convocado especialmente para operar a la ilustre enferma en una medida desesperada, con la utópica meta de evitar lo inevitable. La operación se realizó en el entonces “Policlínico Presidente Perón” de Avellaneda el 5 de noviembre de 1951.
Seis días después votó allí, en su cama, en las elecciones generales que consagraron la reelección de Perón.
Actualmente esa sala ha sido convertida en Museo.
Ese día 26 de julio, llovía en Buenos Aires y el gris del cielo era quizás el anuncio triste de un final escrito. Las radios informaban al pueblo “que el estado de salud de la Señora Eva Perón había decaído sensiblemente”.
Hacia las 20, Evita entró en un sopor del que ya no retornaría y finalmente a las 20.25 horas murió rodeada por sus médicos, su familia, por el mismo Perón y el pueblo que fielmente se congregaba todos los días en las puertas de la mansión para acompañarla y pedir por su salud.
Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro y el gobierno estableció un duelo nacional de 30 días.
Su cuerpo fue velado en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto que fue llevado al Congreso de la Nación para recibir honores oficiales, y luego a la CGT.
La procesión fue seguida por más de dos millones de personas y su paso por las calles recibió una lluvia de claveles, orquídeas, crisantemos, alhelíes y rosas arrojados desde los balcones cercanos.
Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la CGT. Mientras tanto, el gobierno empezó las obras del Monumento al Descamisado, que se había proyectado con base a una idea de Evita y que, según un nuevo plan, sería su tumba definitiva.
Cuando la Revolución Libertadora derrocó a Perón en septiembre de 1955, el cadáver fue secuestrado y hecho desaparecer durante 16 años, además de sufrir todo tipo de vejaciones y atropellos.
Se convierte en el alma del movimiento peronista, en su esencia y en su voz.
También su acción política dirigida a la mujer cosechó sus frutos en las elecciones del 11 de noviembre de 1951.
Votaron 3.816.654 mujeres. El 63,9 por ciento lo hizo por el Partido Peronista, el 30,8 por ciento por la Unión Cívica Radical.
A su vez, el Partido Peronista fue el único de ambos que llevó mujeres en sus listas. En 1952, 23 diputadas y 6 senadoras ocuparon sus bancas.
Eva Duarte de Perón es, sin dudas, una de las figuras más importantes del Siglo XX ya sea por el amor fervoroso que le profesaban sus seguidores como por el odio que generaba en la clase alta y oligárquica de la Argentina.