Éxodo Jujeño.
El Éxodo Jujeño fue la retirada hacia Tucumán que, cumpliendo parcialmente la orden de evacuación hasta Córdoba impartida por el Primer Triunvirato de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El 23 de agosto de 1812 el Ejército del Norte, comandado por el general Manuel Belgrano, y la población de San Salvador de Jujuy abandonó completamente la ciudad y sus campos como respuesta estratégica ante el avance del Ejército Realista proveniente desde el Alto Perú, y cuya retaguardia fue protegida por el mayor general Eustaquio Díaz Vélez, resistiendo el acoso enemigo.
La orden de Belgrano era contundente. Había que dejarles a los godos la tierra arrasada: ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles.
El éxodo jujeño es recordado con gran estima por los habitantes de Jujuy, que cada 23 de agosto conmemoran el mismo. La acción de los jujeños de 1812 constituyó un gran acto de heroísmo colectivo que permitió las derrotas posteriores de los españoles.
El 28 de octubre de 2002 fue promulgada la Ley 25.664, por la cual se declaró —en conmemoración de la Gesta del “Éxodo Jujeño”— a la provincia de Jujuy como Capital Honorífica de la Nación Argentina durante el día 23 de agosto de cada año.