Faltan Docentes en la CABA.

Publicado: 27 ene 2020
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En la Ciudad de Buenos Aires hay 56.000 docentes para los 80.000 cargos que se necesitan, sobre todo en la secundaria.
Ante esta situación el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires empezó a convocar docentes que no fueran porteños para cubrir cargos vacantes.
Casi año y medio después,1.307 maestros extranjeros ya están inscriptos para comenzar a dar clases (las nacionalidades más frecuentes son la peruana 239 inscriptos, la boliviana 202 y la paraguaya 172).

Los docentes extranjeros, deben convalidar su título a nivel nacional. Luego, como cualquier otro educador, se anota en el sistema de inscripción online que tiene CABA y se acerca a validar la documentación.

Está previsto un curso breve de instrucción a temas de ciudadanía e idiosincrasia de nuestro país, pero que no es obligatorio.
Por último, le toca concursar por un cargo y ahí es donde, en general, corren con desventaja pues antes hay una serie de etapas previas que se deben agotar: primero, las convocatorias regulares a docentes porteños, después los llamados de emergencia e incluso la posibilidad de que estudiantes de formación docente, con la carrera avanzada, puedan tomar un cargo. Cuando ninguna de esas instancias se cumple, se puede salir a buscar por fuera de la jurisdicción.

En 12 años de gestión, el macrismo no solucionó esta problemática, sino que la profundizó.

En la Ciudad hay 21 distritos escolares que contienen a 430 colegios de nivel primario. En cada distrito, un supervisor adjunto recibe los pedidos de las escuelas para suplir docentes que entran en licencia. Sin embargo, no existe la suficiente cantidad de profesionales para cubrir esos puestos a pesar de que las licencias son anunciadas con tiempo.

¿Cuáles son las razones por las que escasean docentes?

Desde el gobierno sólo apuntan a que la formación es extensa, vetusta y poco atractiva, argumentos que utilizaron como «leitmotiv» para imponer la UniCABA.

Los trabajadores de la educación desmienten esta premisa y afirman que el Estado es el principal responsable, sobre todo por la cuestión económica: un flamante docente recibido que comienza a trabajar en la Capital cobra su primer salario recién cuatro o cinco meses después de iniciada su labor. Muchos entonces prefieren no arriesgarse a dejar su actual trabajo.

Otra problemática es la falta de estabilidad laboral. Hay docentes que son interinos desde hace más de diez años y el Gobierno de la Ciudad continúa sin titularizarlos. Y un alto porcentaje del ofrecimiento de horas cátedra en el nivel medio es para interinatos.

 

Lejos de intentar una mejora salarial o administrativa, la ministra de Educación, Soledad Acuña, prefirió en septiembre de 2018 convocar a maestros de afuera: «En la Ciudad faltan jóvenes que elijan la carrera docente», se justificó.

La mayoría de los anotados provinieron de Santa Fe y Córdoba, y hubo más de 50 venezolanos, ya desde esa época.

Un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano, publicado a principios de año, sostiene que los maestros argentinos perciben menos de la mitad del salario que el promedio mundial. En un año, el salario de maestros cayó 20,3% respecto a la inflación. Comparando en dólares, el sueldo de un maestro de Luxemburgo quintuplica al de uno argentino: U$S 90.782 anuales frente a U$S 18.253. El de Chile es 59% mayor, y el de México se ubica 38% por encima.

Para terminar con la falta de docentes, los sindicatos manifestaron la necesidad de agregar más cargos de «maestros itinerantes», especialmente para suplencias menores a dos días; que las escuelas más numerosas agreguen un maestro más por establecimiento; y que se establezca la figura de «auxiliar pedagógico», para los estudiantes de profesorados.

A pesar del discurso oficial de que se cumplan los días de clase y «con los chicos adentro», la falta de cobertura de cargos también ocurre en los colegios secundarios comunes y en las áreas de técnica, artística, normales y adultos, lo que afecta diariamente el dictado de clases.

A diferencia de los demás niveles, en el inicial hay docentes que esperan por un lugar.

Datos oficiales de la Subsecretaría de Carrera Docente y Formación Técnica Profesional indican que existen 10.800 maestras celadoras que aspiran a regularizar su situación laboral, y otras 6.000 jardineras que permanecen desocupadas. Mientras tanto, el gobierno se niega a cumplir con el artículo 24 de la Constitución porteña que lo obliga a crear jardines maternales para satisfacer la demanda. De concretarse, no habría desocupación en el sector.