Femicidios.

Durante el mes de octubre se registraron 34 femicidios, cifra que se ha incrementado notablemente respecto de los meses anteriores y representa un femicido cada 20 horas en este último mes.

En 2021 el 64 por ciento de los femicidios ocurrió en la vivienda de las víctimas, hogar que en muchos casos comparten con los agresores, y el 66 por ciento de los femicidios fueron cometidos por la pareja o expareja de la víctima.

Estas cifras nos muestran que el lugar más inseguro para las mujeres no es la calle, como el imaginario popular lo supone, sino que es nuestro propio hogar.

Los femicidas pertenecen al círculo íntimo de las víctimas, es decir que quienes matan a las mujeres tuvieron con ellas algún tipo de relación afectiva, incluso hasta el último de sus días.

Por esto es fundamental y urgente que el Estado intervenga, que esté cerca de las mujeres y que implemente políticas públicas teniendo en cuenta estas características, tales como iniciativas que promuevan la autonomía económica de las mujeres y LGBTI+ y que posibiliten el acceso a la vivienda, a la educación y al empleo formal.

Las fuerzas de seguridad, quienes debieron proteger a las mujeres finalmente ejercen aún más violencia contra las víctimas: sólo en el mes de octubre 5 de los femicidas fueron policías.

La jerarquía y el arma que porta un policía son utilizadas para vulnerar y abusar de las mujeres que muchas veces han depositado en esta institución la esperanza de finalmente sentirse protegidas, pero se encuentran con una realidad mucho más cruel.

Según registros en lo que va del año un 1 de cada 10 femicidios es cometido por personal de las fuerzas de seguridad.

Es urgente que se ponga en marcha una transformación de las fuerzas de seguridad y armadas de nuestro país, dejando atrás sus formas autoritarias y patriarcales y realmente adopten transversalmente una perspectiva de género y de derechos humanos que garantice nuestra protección y libertad.

De las 213 víctimas de femicidios ocurridos en 2021, 34 habían realizado al menos una denuncia y 21 tenían medidas de protección.

Sólo el 16 por ciento pudo acceder al sistema de justicia y sólo el 10 por ciento logró una respuesta de la misma (medida de protección), sin embargo las asesinaron.

Por omisión, inacción, negligencia o simple machismo lxs actores judiciales no asistieron y contuvieron de forma efectiva a las víctimas. Es urgente que la Justicia revea y transforme sus prácticas dentro y fuera de los juzgados y fiscalías para no ser cómplices de los femicidios y no dar un mensaje de desprotección y desconfianza para quienes estén viviendo situaciones de violencia.

Ante la subestimación de las violencias y desigualdades de género se debe la implementación de la Ley Micaela en todos los ámbitos estatales incluida el de la justicia

Del 1 de enero al 31 de octubre de este año registramos al menos 7 transfemicidios.

Esta cifra está sub representada ya que nuestra fuente, los medios de comunicación, no valora como noticia los crímenes contra el colectivo travesti trans.

El Estado,la sociedad y los medios de comunicación realmente deben considerar que las vidas travestis y trans también importan, que se las incluya en las políticas públicas, en los empleos, en la cultura, en la educación, en los relatos y los imaginarios.

A más de 200 días de la desaparición de Tehuel de la Torre todxs debemos alzar la voz, exigir su aparición y luchar por una sociedad más justa, libre de violencias y con todxs adentro.