Fluorosis Dental.
La fluorosis dental es una alteración en la formación del esmalte de los dientes causada por una ingesta excesiva de flúor durante los primeros años de vida. El esmalte es una fina capa que recubre la parte visible de los dientes. Es muy dura y, en condiciones normales, casi transparente. Como resultado de la fluorosis aparecen manchas en la superficie de los dientes y el esmalte se hace más frágil.
El flúor es eficaz para la prevención de caries, por lo que su uso se recomienda dentro de unos límites de seguridad. Hay que tener en cuenta el contenido en flúor del agua que se bebe, el de las pastas dentífricas y si el niño recibe suplementos de flúor, para evitar que la ingesta sea excesiva.
El flúor afecta a las células que forman el esmalte dental y, como resultado, aparecen manchas sobre los dientes. En las formas leves se aprecian líneas o manchas blancas y opacas en los dientes.
En las formas más graves los dientes son más frágiles, con manchas de color marrón e irregularidades en la superficie del esmalte.
Para establecer el diagnóstico suele ser necesaria una visita al dentista, ya que existen otros problemas dentales que pueden producir manchas de aspecto similar. Entre ellos se encuentran las caries tempranas, la hipoplasia del esmalte dental o problemas congénitos del desarrollo de los dientes.
La fuente principal de flúor es el agua de bebida o la que se utiliza para preparar biberones. Conviene informarse del contenido el flúor del suministro de agua corriente, ya que, si el contenido es muy alto, puede ser conveniente utilizar agua embotellada en los primeros años de vida. Los suplementos de flúor para prevenir la caries solo están indicados cuando el agua que se utiliza contiene muy poco flúor.
En cuanto a la pasta de dientes, hay que controlar la cantidad que se usa, ya que los más pequeños tienden a tragársela. En menores de tres años se recomiendan pastas con 1000 ppm de flúor y una cantidad equivalente a un grano de arroz para cada limpieza. A partir de los tres años pueden usarse concentraciones más altas, pero la cantidad no debería exceder el tamaño de un guisante.
A partir de los 8 años, al estar ya desarrollado el esmalte, la ingesta de flúor ya no producirá fluorosis dental.
Una vez que el esmalte está afectado por la fluorosis, las lesiones son permanentes. Los tratamientos suelen estar dirigidos a mejorar la estética de los dientes o a reparar las piezas que están muy dañadas.