Fútbol, Vergüenza y Paro.
Antes que cualquier análisis de la situación actual debemos recordar que el gobierno nacional, incumpliendo una más de las promesas electorales, terminó con el programa Fútbol para Todos, debiendo el dinero que había prometido para concluir el contrato que unía al estado con la AFA. Acercó una parte de la que correspondía y como es normal en estos casos fuera de tiempo y despreciando lo contactual y obligatorio.
Los jugadores del fútbol argentino se cansaron de promesas y en el caso de los clubes más chicos de primera división y la mayoría de los del ascenso están hartos de tener atrasos en sus haberes que llegan a los cinco meses de sueldo.
Los dirigentes de los clubes dando una vez más el lamentable espectáculo de contradecirse en cuestión de días y dejando al desnudo sólo sus intereses personales y su desprecio absoluto por el futuro del Fútbol Argentino quisieron jugar la fecha con juveniles que en algunos casos eran de catorce años de edad y no contaban con todos los exámenes médicos completos exigidos.
Por única vez el gremio de Futbolistas Argentinos Agremiados, encabezados por Sergio Marchi, se plantó y con el apoyo generalizado de todos los capitanes de los equipos directamente afiliados decretó un paro en la actividad que se levantará cuando todos los jugadores que no vienen cobrando, se pongan al día.
Los directivos de los clubes, apretando telefónicamente a sus «empleados», quisieron torcer el destino de la asamblea que decidió la medida de fuerza en un lamentable accionar que quedó al descubierto por la voz de los mismos «apretados».
El fútbol argentino sigue en decadencia tanto organizativamente como deportivamente y hasta hoy ni la grandeza de Messi parece que podrá salvarlo.