Germán Abdala Hoy Cumpliría 65 Años…
Germán Abdala nació en Santa Teresita, provincia de Buenos Aires, el 12 de febrero de 1955, y falleció producto de un cáncer en 1993.
Fue uno de los que recuperó la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en 1984.
Entiende que es necesario rescatar las banderas históricas del peronismo, traicionadas por muchos dirigentes. Por eso, en 1985, junto a Carlos “Chacho” Álvarez, funda el Movimiento Renovador de la Capital Federal, dirigido a democratizar y reconstruir la dirigencia del Movimiento.
En lo sindical, integra “los 25 gremios” y en lo político, el MUSO (Movimiento de Unidad y Solidaridad). En esas dos tareas aplica sus fuerzas, aunque ya se halla preso de la enfermedad, lo cual motiva una primera operación.
En junio de ese año, se le detectó un raro cáncer congénito conocido como cardoma de sacro. Soportó 26 operaciones, algunas en Estados Unidos y Cuba.
Aunque su enfermedad era terminal, presentó proyectos en la Cámara de Diputados, entre ellos la ley de convenciones colectivas de trabajo para los estatales, que hoy se conoce como “Ley Abdala”, el proyecto de penalización severa de hechos de corrupción y el pedido de suspensión de la privatización de Aerolíneas Argentinas.
Su último paso por el Congreso, en silla de ruedas, fue para oponerse a la privatización de las jubilaciones y para apoyar a Pino Solanas como senador nacional por la Capital Federal.
Dejó su internación en los Estados Unidos para estar presente en el plenario fundacional de la Central de Trabajadores Argentinos en noviembre del mismo año en Parque Sarmiento.
Debilitado por la enfermedad, Germán concurre acompañado por su compañera Marcela Bordenave. Lleva ya veinte operaciones, en la Argentina y en el exterior. Pero su espíritu se mantiene erguido y rebelde, por sobre la declinación física: “A mí no me va a matar el cáncer, me mataría eso sí, la tristeza, si no logramos dar forma organizativa y presencia a este fervor militante”.
Murió a las nueve de la mañana del 13 de julio de 1993, en el Hospital Italiano. Tenía solamente 38 años. Pesaba 35 kilos y la enfermedad lo había dejado inválido y ciego.
Fue cremado y sus cenizas se perdieron entre las olas de su Santa Teresita natal.