IMPIDIERON EL INGRESO DE MATERIALES PARA LAS OBRAS EN UNA ESCUELA DE PALERMO Los padres resisten las aulas modulares
En esa escuela, el gobierno porteño piensa convertir el aula de música en sala de 2 años. Bullrich insiste en que no son containers, pero mandó pintar unos viejos módulos de chapa, que funcionan desde hace tres años en Soldati.
Madres y padres del jardín de infantes Granaderos de San Martín, del barrio de Palermo, impidieron ayer el ingreso de materiales para las obras de instalación de una de las llamadas “aulas móviles” que consideran “denigrantes” para los niños. En tanto, el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, defendió la medida al argumentar que “las aulas modulares son construcciones modernas en seco” y “no containers, como los que han usado en otras provincias”. Sin embargo, en la Escuela 23 del distrito 19, en Villa Soldati, personal contratado por el Gobierno de la Ciudad avanzó con las tareas de pintura de 12 containers de chapa que se habían adquirido de forma provisoria hace tres años y todavía siguen.
“Convocamos a una concentración para hoy (por ayer) porque sabíamos que era el día. El acto era a las 10 pero a las 9 llegó el camión con los materiales y nos adelantamos. Había tres empleados y después vino el jefe. Primero dieron la vuelta y después se fueron. Nosotros nos quedamos ahí de manera simbólica, concientizando, porque enero es un mes difícil. Muchos padres están de vacaciones, pero empezamos siendo ocho y ahora somos 50
En diciembre no creíamos que pudieran hacer esto de las aulas containers. Si las van a poner, les vamos a joder la vida”, afirmó en diálogo con Página/12 Javier Galarza, presidente de la cooperadora del jardín de infantes Granaderos de San Martín, ubicado en Libertador 4953.
Galarza y los demás padres, acompañados por sus hijos, hablaron con los tres empleados de Sehos Servicios Hospitalarios, que llegaron en el camión, y con el jefe de ellos, que apareció después, y, finalmente, no ingresaron los materiales al establecimiento.
Los padres montaron además en la esquina de Olleros y Libertador una representación de un aula container, hecha con papel corrugado y pintada con aerosol plateado.
“En la última semana de clases de diciembre vino gente de la comuna y del ministerio para tomar medidas por un supuesto pedido de la escuela para hacer un sala de 2 años. La directora les dijo que eso no se había solicitado, pero ellos tomaron las medidas igual. Y el lunes de la semana pasada vino la arquitecta del distrito con personas de la empresa. Su idea es poner durlock en la sala de música y hacer allí una sala de 2 años y dejar el container afuera, en el patio, para que funcione como sala de música. Nosotros nos negamos a que se haga esto y nos dijeron que no teníamos injerencia porque la escuela era del Gobierno de la Ciudad”, explicó Galarza.
Por su parte, el tesorero de la cooperadora, Ernesto Altamiranda, padre de otro alumno, contó que interpusieron un recurso administrativo en la Defensoría del Pueblo para la suspensión de las obras y una orden de no innovar. “Estuvimos hablando con gente de la empresa Sehos y nos dijeron que el trabajo que tenían que hacer hoy (por ayer) era en los cerramientos del aula de música que pasaría a ser sala de 2. Este es un espacio muy chico entre la biblioteca y la cocina que no alcanza para la cantidad de metros cuadrados que tiene que haber por alumno. Aparte, los primeros meses son de adaptación, con lo cual son veintipico de chicos más veintipico de padres. La situación sería incontrolable.”
Más allá de esto, Bullrich insistió en que las aulas modulares no son containers. “Son como las construcciones modernas en seco, y eso lo quiero aclarar porque hay gente que ha usado containers. No es por falta de planificación, es que el sistema de inscripción on line nos permite a nosotros hacer un mapa muy preciso de dónde tenemos demanda de vacantes. Lo que queremos es construir lo más pronto posible”, argumentó. “No son aulas, son escuelitas y no son provisorias, van a quedar”, afirmó, en declaraciones radiales.