Incendio Intencional de Iron Mountain.
El miércoles 5 de febrero de 2014 un enorme incendio estalló en los depósitos de Iron Mountain, una empresa dedicada a almacenar información confidencial de grandes empresas que, a muchos, les convenía que no saliera a la luz.
Una decena de bomberos murieron tratando de apagar las llamas.
En su momento, no tardó en saltar a la luz el carácter intencional del siniestro, pero no sus autores materiales ni sus mandantes.
De modo que, bajo la benévola figura de “incendio culposo seguido de muerte”, la causa duerme el sueño de los justos.
Aún así, se especula que en un futuro próximo el expediente podría girar hacia la carátula de “incendio doloso”. Y con algunos procesamientos.
Iron Mountain, de capitales norteamericanos, se dedica a la guarda de información sensible.
En Barracas atesoraba archivos de los bancos y corporaciones más importantes del país, incluidos los papeles de 49 firmas investigadas por lavado de dinero. El fuego tenía entonces una gran razón de ser.
En la época del incendio, los más comprometidos en investigaciones eran los bancos HSBC, Patagonia, JP Morgan y BNP Paribas, con causas en la Argentina por lavado de dinero e irregularidades en cuentas offshore.
El fuego también destruyó una caja con el rótulo “Coimas Perú”, depositada por Sideco, una de las empresas de Franco Macri.
Eran las 8,30 del 5 de febrero de 2014 cuando brotaron las llamas en el viejo galpón con ladrillos a la vista, situado sobre la calle Azara 1245.
De inmediato acudieron allí los bomberos de la Federal y sus pares voluntarios de Vuelta de Rocha, San Telmo y Puerto Madero, junto con personal de Defensa Civil.
Un grupo de bomberos trataba de abrir el portón metálico del contrafrente con una amoladora.
En segundos se produjo el desplome de uno de los muros y luego, el de los otros tres. Únicamente quedó un hueco humeante y una montaña de escombros.
Bajo los ladrillos y los hierros retorcidos, había 16 personas, nueve ya sin vida; a saber: los bomberos federales Damián Véliz, Juan Matías Montecheli, Eduardo Conesa, Maximiliano Martínez, Leonardo Gay y Anahí Garnica; los bomberos voluntarios Sebastián Campo y José Méndez, junto al integrante de Defensa Civil, Pedro Barcola. La nómina la completó días después el bombero voluntario Facundo Ambrossi, al no recuperarse de sus heridas.
Los familiares golpearon todas las puertas que pudieron para tener justicia y que se esclareciera lo sucedido. A pesar de eso, no hay acusados hasta el día de hoy.