«Indio» Solari, de Hipócritas y Oportunistas.
El sábado 11 de marzo en la localidad bonaerense de Olavarría ( 354 km de C.A.B.A.) se congregaron miles de fans de la música «ricotera», y especialmente del «Indio Solari» que una vez más concretaba uno de sus cada vez más espaciados recitales.
La organización y el municipio de Olavarría aseguraron, junto a un Jefe Policial que todo iba a ser una fiesta y estaba todo listo para recibir esa «invasión» que duplicaría la población del lugar.
Como en otras oportunidades muchos días antes, la ciudad fue recibiendo a los visitantes que provenían de todo el país siendo la madrugada y el mediodía del sábado el punto más impactante de transeúntes como nunca creemos llegaron antes a Olavarría (ni por automovilismo).El lugar elegido para el encuentro musical ( un campo de 500 x 300 metros) con 16 torres separadas equidistantes ( 4 torres x el ancho) entradas y salidas escasas que demandaban una larga «peregrinación» de los asistentes , mucha cerveza, otras bebidas alcohólicas y la utilización de diferentes drogras por parte de muchos concurrentes solo sirven para ubicarnos en la época que estamos viviendo y el cóctel que se fue preparando, que a juzgar por los resultados, fueron leves ante tanta desidia.
La inmensa mayoría de los ¿300.000? presentes fue a una fiesta que se «auto produjo» . Los mensajes que se dieron en las semanas previas era para cuidar al prójimo, cuidarse entre los concurrentes, y fue así, la ausencia total del Estado tanto provincial como local, fue tan notoria que se respiraba en el ambiente un aire pesado, de abandono a su suerte a la gente.
La Provincia de Buenos Aires, su gobernadora y su ministro de Seguridad hoy se tratan de lavar las manos buscando culpas en los otros, y olvidando su responsabilidad preventiva ante semejante movilización que cualquier neófito en el tema sabía que iba a ocurrir. Del Intendente Galli no vamos a hablar dado lo impresentable que resultaron todas sus actitudes y decisiones antes, durante y despúes del recital. Sus concejales ya se encargarán de juzgarlo.
La organización del evento también tiene sus responsabilidades en los hechos que se produjeron, tratando de mezquinar en «gastos» que significan cuidar a sus público. Un ejemplo concreto fueron los baños químicos, que a simple vista resultaban insuficientes para ese caudal de gente (ahorrar en higiene es muy habitual en estos productores) así como también ahorraron en iluminar y señalizar el lugar.
De estos reproches no puede quedar ajeno el «Indio» Solari, con experiencia y conocimiento de su gente, debió exigirle a sus productores, que recaudaron varios millones de pesos, que invirtieran en prevenir desmanes y en lo referido a la salud de los presentes.
Y decimos que prevención no significa poner un policía cada metro, prevención es respetar espacios, respetar al que sacó su entrada con esfuerzo y se vió violentado, respetar al otro va más allá de lo verbalizado, hay que llevarlo a la práctica.
El saldo negativo, los dos muertos (ambos por temas cardíacos , con ingesta de alcohol y drogas) la penosa y peligrosa desconcentración del lugar, de la ciudad y por las rutas, merecían prevención, esmero, ocupación y gastos que no se hicieron ( ¿angurria empresarial y de la política ?).
Hoy los oportunistas que en la previa no dijeron una sola palabra acerca de la parte organizativa y fomentaban y alababan la «misa», se mezclan en el mismo lodo con los hipócritas de siempre que hoy piden culpables, cárcel y prohibiciones cuando han silenciado otras muertes cercanas en el tiempo y en nuestra ciudad, sin insistir, callándose por conveniencia, acerca de temas como Iron Mountain y Time Warp sólo por citar dos ejemplos de corrupción.