Informe Sobre la Mujer y el 8M.
Desde el Centro de Economía Política Argentina nos enviaron a nuestra redacción un informe relacionado con la mujer en el marco del 8M. Hemos transcripto sus conclusiones, porque el trabajo completo de mas de 30 páginas se puede leer en su sitio del CEPA.
El presente informe es realizado por mujeres economistas, sociólogas y politólogas integrantes de CEPA, que al mismo tiempo coordinan y forman parte de equipos de trabajo temáticos (fiscal, precios, mercado de trabajo y equipo financiero) e impulsan el Observatorio de Géneros al interior del Centro de Economía.
El informe se publica en el marco del paro internacional de mujeres del 8 de Marzo -#8M- y tiene por finalidad la cuantificación y visibilización de desigualdades económicas de distinta índole en la sociedad.
En cuanto las principales desigualdades de género en la economía argentina a la luz de las transformaciones operadas en la etapa 2016-2020, se puede concluir que son las mujeres justamente las que fueron más afectadas por la crisis económica: A las desigualdades estructurales que sufren las mujeres para acceder al mercado laboral, se agrega durante el 2019 la profundización de la crisis económica.
La tasa de desocupación femenina llegó a 11,2% en el segundo trimestre de 2019 y entre las jóvenes de entre 14 y 29 alcanzó 23,4%. El 36,7% de las trabajadoras mujeres se encontraban haciéndolo de forma no registrada.
Una manera de cuantificar las desigualdades económicas que afectan a las mujeres es la brecha de género en los ingresos. La brecha salarial y de ingreso entre varones y mujeres se mantuvo alta durante 2019: mientras que si se considera la ocupación principal (vinculada a la actividad laboral) alcanzó 26%, la misma alcanzó 27% vinculada a la totalidad de ingresos personales.
Esta situación se agrava más en el caso de las mujeres que tienen empleos informales: mientras que la brecha entre el salario de las y los trabajadores formales alcanzó 17% entre las y los trabajadores no registrados fue de 38%.
Estos datos se calculan a partir de los ingresos que constan en las Encuesta Permanente de Hogares relevada por INDEC. Uno de los mitos en torno a la brecha de género es que la misma se debe a que las mujeres son peor remuneradas a igual tarea realizada por varones. Sin embargo, aunque esto pueda suceder en la práctica en algunos casos, no explica el fenómeno macro. Entre las principales causas de la desigualdad salarial, se encuentra la inequitativa distribución entre trabajo productivo y reproductivo (las mujeres dedican menos horas al trabajo remunerado porque deben atender al sostenimiento del hogar), lo que se refleja en la tasa de actividad: según el INDEC (EPH-III 2019), mientras que la tasa de actividad masculina es de 70,2%, para las mujeres es de 49,2%.
Como contrapartida de la menor inserción laboral en el trabajo remunerado las mujeres realizan mucha mayor cantidad de trabajo no remunerado al interior del hogar: según la encuesta de uso del tiempo de INDEC del año 2013, dedican 46 horas semanales y los varones sólo 17 horas al trabajo doméstico y de cuidado.
Las investigadoras Valeria Esquivel y Francisca Pereyra estudiaron las remuneraciones promedio horarias de lxs trabajadorxs argetinxs entre 2006 y 2015 y concluyeron que lxs trabajadorxs del sector de sanidad, docencia y domésticos tenían remuneraciones por hora inferiores a otras actividades similares, identificando una penalización del cuidado en este tipo de profesiones.
En este contexto cobra vital importancia el Mapa Federal del Cuidado que el nuevo Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación se encuentra realizando con apoyo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Como primer paso para definir la agenda pública en materia de equidad entre varones y mujeres, hay que definir no sólo cómo, cuándo y dónde se cuida, sino que también quienes y en qué condiciones se cuida. Con relación al análisis de las principales medidas sociales implementadas por el actual gobierno en los primeros meses de gestión considerando un enfoque de género, pueden analizarse algunas medidas en lo que respecta a jubilaciones, AUH y la Tarjeta Alimentaria principalmente que tienen a compensar la profundización de inequidades que operó durante la gestión macrista.
Las mujeres argentinas que se jubilan perciben haberes más bajos que los hombres y son quienes se jubilan mediante un plan de facilidades. Del universo de mujeres, el 86% de las que acceden a una jubilación lo hacen a través de la moratoria, es decir que solo el 14% lo hace por tener 30 años de aportes. Del total de lxs beneficiarixs, el 48,85% perciben un haber mínimo y, de ese total, el 82,19% corresponden a jubilaciones con moratoria. Si tenemos en cuenta que del total de beneficios con moratoria el 73,46% son percibidos por mujeres, se pone de manifiesto que las personas mayores que perciben haberes mínimos son en su mayoría mujeres.
Los bonos de hasta $5000 otorgados en diciembre de 2019 y enero de 2020 a todas las jubilaciones y pensiones inferiores a $19.068, junto con el primer aumento general, decretado para el mes de marzo, por un monto de $1.500 más el 2,3% tuvieron dos objetivos centrales. Por un lado, reducir la brecha entre los haberes de menor y mayor poder adquisitivo y, por el otro, mejorar la situación de las mujeres jubiladas y pensionadas que son las que menos ingresos perciben.
En materia de organización estatal, la medida más importante que ha tomado el gobierno de Alberto Fernández es la incorporación dentro de su gabinete del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, a cargo de la Ministra Elizabeth Gómez Alcorta. En esa línea de acción, diversos organismos del Sector Público Nacional han creado, dentro de sus estructuras, oficinas que introduzcan la perspectiva de género dentro de su política institucional, un caso paradigmático es la creación de la Dirección Nacional de Economía y Género del Ministerio de Economía.
Si bien no existen diferencias tan significativas entre el porcentaje de mujeres y varones pobres, la feminización de la pobreza aparece cuando se considera la maternidad, particularmente en aquellas mujeres que crían a sus hijos solas. El 27% de los hogares argentinos con menores son monoparentales, pero gran parte de estos se concentran en los deciles de menores ingresos. En el decil 1 el 37% de los hogares con menores son monoparentales (pasó de 34% a 37% entre 2015 y 2019).
En el otro extremo, sólo el 8% de los hogares con menores que están en el decil 10 de ingresos son hogares 29 monoparentales. Cabe destacar el empobrecimiento no sólo absoluto, sino también relativo, que los hogares encabezados sufrieron durante entre 2018 y 2019: en el decil 8 disminuyó 6 p.p el porcentaje de hogares monoparentales, en el decil 9 disminuyó 3 p.p y en el decil 10, disminuyó 10 p.p.
Esta información se complementa con la siguiente: si bien los hogares monoparentales con niños/as menores de edad solo son el 27% del total, dentro de este universo el 66% son hogares pobres y el 60% de estos tiene jefatura femenina. Aquí tenemos evidencia empírica de la feminización de la pobreza en Argentina.
Desde las políticas públicas puede reconocerse la importancia de la Asignación Universal por Hijo/a para los hogares monoparentales. La encuesta ENES muestra que el 47% de los hogares monoparentales con Principal Sostén del Hogar (PSH) mujer percibe la AUH. La actualización de diciembre de 2019 con los dos bonos otorgados en los meses de enero y febrero generaron una mejora del monto promedio percibido en el trimestre diciembre 2019-febrero 2020 del orden del 11%. El poder adquisitivo durante el primer trimestre de gestión de gobierno del Frente de Todos fue el más alto desde el trimestre diciembre 2016-febrero 2020.
La tarjeta alimentaria constituye una política de complemento integral alimentario que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en el marco del Programa Argentina contra el Hambre. La tarjeta no sirve para extraer dinero en efectivo y sólo puede ser usada para la compra de alimentos y productos de primera necesidad (como limpieza o pañales). El universo al que se destina esta tarjeta consiste en hogares que cobren la Asignación Universal por Hijo con hijas e hijos de hasta 6 años inclusive, embarazadas a partir de los 3 meses que cobren la Asignación por Embarazo para Protección Social y personas con discapacidad que cobren la Asignación Universal por Hijo, sin límite de edad. Considerando la vulnerabilidad y dificultades que el maternaje de unx niñx pequeñx genera al momento de insertarse laboralmente y generar ingresos, lo cual se incrementa aún más en el contexto de crisis, la tarjeta alimentaria es una medida que no sólo protege a los menores, sino que también tiene un impacto de género significativo.
En los primeros meses de gestión se concretaron diversas medidas destinadas a mitigar las desigualdades de género y las múltiples violencias hacia las mujeres, travestis, trans y disidencias. Entre ellas se destacan la inclusión de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo en el Sistema Estadístico Nacional, la extensión en el programa PROG.R.ES.AR del requisito de edad para mujeres con hijos que se encuentren a cargo de un hogar monoparental y exención del requisito para personas trans, como así también la creación de un Mapa Federal del Cuidado.
Un gran avance y reconocimiento a las luchas feministas de las últimas décadas fue el anuncio de que el gobierno enviará al Congreso un proyecto de Ley de Interrupción 30 Voluntaria del Embarazo, que legalice el aborto y garantice el acceso al sistema de salud, de manera segura y gratuita, para aquellas mujeres que así lo decidan.
Por último, con relación a las mujeres y el sistema financiero: Las dificultades para insertarse en el mercado laboral formal y la brecha salarial exponen a las mujeres a una inserción desfavorable en el mercado de crédito, ya sea porque no constituyen sujetos de crédito o porque pueden acceder a montos inferiores de financiamiento, con limitaciones en aquellas líneas que requieren mayores garantías o plazos, como es el caso de los préstamos prendarios o hipotecarios.
Durante 2019 se duplicó el número de endeudados con ANSES. A junio de 2019 el 81% de los beneficios abonados registraba algún tipo de deuda, mientras en el período jul-17 a jul18 este guarismo alcanzaba el 42%. El grueso de esta deuda fue tomado por mujeres, quienes son mayoría entre quienes perciben la AUH. En este sentido, las medidas adoptadas por las nuevas autoridades de ANSES de baja de tasas y período de gracia para el pago de cuotas constituyen una política económica con impacto en las desigualdades de género.
Cabe analizar cuál es el enfoque de género que ejercen los Bancos e Instituciones financieras en su comunicación institucional, ya que constituyen uno de los principales auspiciantes privados de medios de comunicación tradicionales y no tradicionales. Su publicidad se encuentra omnipresente en la vía pública, televisión, radios, medios gráficos y no tradicionales. Su discurso, también moldea la realidad y el sentido en los que vivimos. Entre los 10 bancos privados de la Argentina, 5 tienen vigentes o tuvieron durante los últimos 12 meses publicidades, campañas y comunicaciones dirigidas específicamente a la mujer y que refuerzan al menos un estereotipo de género