Jornada Mundial del Enfermo.
El papa Juan Pablo II instituyó en 1992: «el 11 de febrero, como la Jornada Mundial del Enfermo», en honor a la primera aparición en Francia de la Virgen de Lourdes, a la niña de 14 años Bernardita Soubirous.
En el año 1858, Bernardita sufría de asma y fue curada por la Virgen. En el lugar brotó una fuente de agua y desde ese manantial se han producido millares de curaciones milagrosas, certificadas por científicos y tiene como objetivo manifiesto, sensibilizar a las personas y a las instituciones sanitarias católicas y a toda la sociedad civil, sobre la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos.
También es una oportunidad para expresar, gratitud y aprecio al personal de salud comprometido con la atención de quienes por diferentes circunstancias, sufren de alguna dolencia, dedicando sus mejores esfuerzos a restablecer la salud en estas personas.
Hoy se sabe que pese a la búsqueda de nuevos y eficaces modos para aliviar el dolor por parte de la comunidad científica, el sufrimiento sigue siendo un hecho fundamental de la vida humana y que va más allá del aspecto meramente físico.