La deshidratación
Estar deshidratado significa que la cantidad de agua que elimina nuestro cuerpo a través de la orina, la transpiración y la respiración, es mayor que la que ingresa. Teniendo en cuenta que un 70% del peso de nuestro cuerpo corresponde al agua, una persona debe incorporar diariamente una importante cantidad de líquido que sea capaz de mantener el equilibrio necesario. La sed es la principal señal del cuerpo humano para que este no llegue a un estado de deshidratación, pero no se debe confiar únicamente en este mecanismo para incorporar agua. La sed es una señal tardía del comienzo de la deshidratación.
En verano la transpiración es un mecanismo del cuerpo para regular la temperatura a través de la eliminación de líquidos.
En ambientes calurosos o cuando hacemos ejercicio (principalmente en días de temperaturas elevadas), el cuerpo puede perder cantidades significativas de líquido.
El ejercicio intenso, la falta de líquido y las altas temperaturas pueden aumentar considerablemente el riesgo de deshidratación.
Algunos de los síntomas son:
- Sed
- Piel seca y caliente
- Disminución del volumen de orina y mayor concentración de color amarillo oscuro
- Mareos
- Debilidad muscular y cansancio
- Calambres en los brazos y en los pies
- Pocas lágrimas
- Dolor de cabeza
- Boca y lengua secas, con saliva espesa
- Aumento de la frecuencia cardíaca
Para estar bien hidratado debemos:
- Beber 8 vasos de líquido diarios.
- Tomar agua en cantidad cuando se realiza actividad física, sobre todo en los días de calor.
- Beber agua sin esperar a tener sed.
- Mantener una bebida a mano para poder tomar en cualquier momento y lugar.
- Incorporar una mayor cantidad de alimentos ricos en agua.