La Desobediencia de Marte en el Centro Cultural de la Ciencia.
El espectáculo relata la relación del astrónomo y matemático alemán, Johannes Kepler (1571- 1630), quien invitado por Tycho Brahe, astrónomo danés y matemático imperial de Rodolfo II, colabora para descifrar las trayectorias de las órbitas, especialmente la de Marte, la más rebelde.
Tycho era conocido por el diseño y precisión de instrumentos para medir las posiciones de las estrellas y los planetas, que, tras su muerte, pasan a posesión de Kepler, que fueron fundamentales para que pudiera formular sus leyes sobre el movimiento de los planetas en sus órbitas alrededor del Sol.
La obra indaga en la tirante relación entre los científicos y en un giro inesperado, como el movimiento de Marte, toma otro curso para entrar en la intimidad de los actores que, al igual que Kepler y Brahe, buscan la verdad. Situado en 1600 o en la actualidad, el juego de opuestos se va entremezclando para habilitar la memoria, las creencias y las relaciones humanas. Ambos se precisan, ambos desconfían, pero sin el otro no pueden llegar al movimiento de Marte o descubrir quién es cada uno.
Villoro se inspiró en el libro “Los Sonámbulos”, de Arthur Koestler, para escribir esta pieza que parte de las conjeturas sobre el origen del Universo, y toma, en particular, el encuentro de los astrónomos en el castillo de Benatek, Bohemia, en 1600 para descifrar las órbitas de los planetas.
Dirigida por Marcelo Lombardero, no era de esperar que estos personajes de personalidades tan fuertes necesitaran de dos actores de trayectoria y gran experiencia sobre el escenario.
Es por eso que Osmar Núñez y Lautaro Delgado Tymruk son una selección perfecta para darles vida en esta conflictiva ficción histórica. Ambos están muy bien en la piel de estos astrónomos que se complementan, al mismo tiempo que la desconfianza propia los aleja.
Como resultado, la dupla actoral denota química más complicidad. En poco más de una hora y media, harán sentir identificados con estos ricos personajes a más de uno de les espectadores. Esta obra es todo un reto, ya que no solo los personajes debaten sobre temas científicos en un ambiente cargado por un igual de encanto y antipatía, sino también sobre el universo de la actuación.