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Las Medidas Autoritarias de la Educación Porteña.
Publicado: 25 ago 2022
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De un momento a otro, sin consulta previa, el Ministerio de Educación porteño pasará de jornada simple a jornada completa alrededor de 30 establecimientos educacionales (algunos como prueba piloto ya arrancarán el mes que viene), sin que la medida haya sido acompañada por una mayor inversión educativa.
Las familias que no puedan adaptarse deberán aceptar el traslado a otra escuela.
Semanas atrás, Nación propuso que todas las primarias del país agreguen una hora diaria de clases con el objetivo de recuperar contenidos. Para eso repartió más de 18 mil millones de pesos a las provincias.
La CABA, para diferenciarse de la cartera nacional, propuso un pase compulsivo a jornada completa.
La decisión se enmarca en un conjunto de medidas educativas de tinte electoralista, como fue la prohibición del lenguaje inclusivo o el quite de planes sociales a quienes no asistan a clases. En este caso, desorganiza la vida de miles de vecinos y vecinas.
Según cifras oficiales de la Ciudad, de las 465 primarias públicas en el distrito, el 60% tiene ocho horas de clase. El objetivo es sumar a 30 escuelas más a la jornada completa.
Al principio, la ministra de Educación, Soledad Acuña, dijo que usaría la partida de dinero de Nación para fortalecer las clases de apoyo que funcionan los sábados, pero luego se lanzó rápidamente a la propuesta de un cambio compulsivo por las jornadas completas, sin realizar relevamientos.
Los padres afectados remarcan que una cosa es agregar una hora más de estudio por día, y otra es imponerles cuatro horas más de clases por jornada a cientos de miles de chicos que ya tienen armada su agenda diaria.
La medida no vino acompañada por mayor inversión.
Las cifras oficiales indican que la Ciudad gastó 3.802 millones de pesos en «Publicidad y Propaganda», más del triple del 33% que ejecutó de Infraestructura Escolar: 1.064 millones de pesos sobre los 3.225 millones de pesos aprobados por la Legislatura.
Con esa proyección difícilmente cumpla este año todo lo proyectado, algo que suele ser constante en los presupuestos educativos del macrismo.
El gobierno porteño logró que miles de familias de diferentes escuelas, que hasta hace pocas semanas no se conocían, se organicen y comiencen a realizar reuniones y asambleas conjuntas.
Se reunieron en el ombú del Parque Rivadavia con abogados de Derechos Humanos para definir un plan de acción.
Entre las propuestas surgieron varias actividades y una presentación judicial que busque frenar la iniciativa.
Para aunar fuerzas, invitaron a otras familias que estén en contra de la doble jornada a sumarse mediante el correo elegimosjornadasimple@gmail.com
Pero este cambio abrupto no solamente viene a desorganizar la vida de miles de familias, afectará notablemente la permanencia laboral de cientos de docentes e implicará la pérdida de puestos de trabajo de maestras y maestros del nivel primario.
Desde los gremios aseguran que sólo quienes sean docentes titulares pasarán a disponibilidad si pierden su cargo y, aún en esos casos, sólo implicará el cobro del salario durante un año, es decir, una indemnización en cuotas.
La peor parte se la llevan los docentes suplentes e interinos que quedarán sin trabajo.
La orden de la ministra Soledad Acuña fue que todos los docentes titulares deben volver a las escuelas que pasarán a jornada completa. “Esa decisión no se discute”, confirmaron desde la cartera educativa porteña.
Cuando un docente suplente decide anotarse en un cargo disponible, analiza la duración del mismo.
Casi el 100% de maestros y maestras elige el cargo que sabe de ante mano, va a garantizarle varios años de trabajo, dado que muchas suplencias se desprenden de maestras que ascienden dentro de la carrera docente ya sea a un equipo de conducción, o a una supervisión, o porque se jubilan.
Cuando un trabajador o trabajadora de la educación realiza esa elección, desprecia otras tantas. Este cambio abrupto de modalidad rompe con su continuidad laboral y los deja en estado de incertidumbre sin poder modificar esa situación.
Exigimos que no se realicen cambios hasta tanto se establezcan mesas de trabajo para abordar las condiciones laborales y elaborar documentos para debatir las modalidades a adoptar y la organización escolar”, detalla en un comunicado UTE-CTERA.
Fuente: Martín Suárez – Tiempo Argentino