Mas Vandalismo y Robos en Escuelas Porteñas.
Ya se habían conocido en el año 2021 los robos ocurridos en pocos días en varias escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
El 13 de octubre robaron 45 computadoras de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas, Sofía Esther Broquen de Spangenberg.
Ocurrió lo mismo en la Escuela Normal Superior N° 6 “Vicente López y Planes”.
El 31 de octubre se constató otro hecho delictivo en la Escuela Normal Superior N° 1 “Presidente Roque Sáenz Peña” y durante la primera semana de noviembre de 2021, otro en la Escuela Normal Superior N°8 “Julio A. Roca”, ubicada en el barrio de San Cristóbal.
En un mes robaron más de 170 computadoras en cinco escuelas porteñas.
El Ministerio de Educación de la Ciudad, que cuenta con una gran cobertura mediática, intentó silenciar estos hechos pero finalmente salieron a la luz.
El miércoles 13 de abril el diario Tiempo Argentino difundió otro hecho delictivo ocurrido en dos establecimientos educativos porteños: la Escuela N° 5 “Armada Argentina” del DE 21 en Villa Lugano, y la Escuela Infantil JII N° 6 “Jardín de las Victorias” del mismo barrio y distrito escolar.
Los delincuentes ingresaron a la escuela en horas de la madrugada y destruyeron los materiales de los niños y niñas, robaron computadoras y otros materiales informáticos, varios elementos del equipo de conducción y hasta se llevaron la bandera de ceremonia.
En la madrugada del martes 26 de abril robaron 50 computadoras del Plan Sarmiento de la escuela Normal 7; y ese mismo día, en medio de la jornada escolar, entraron a robar a la Escuela Superior de Educación Artística en Artes Visuales, Rogelio Yrurtia, ubicada en Av. Juan Bautista Alberdi al 4100.
Lo sucedido en el Rogelio Yrurtia, a plena luz del día, habla de la necesidad de reforzar la seguridad en escuelas porteñas las 24 horas.
Los delincuentes ingresaron a la escuela por el acceso que tiene sobre la calle Cajaravilla. Al carecer de personal en ese sector del edificio, los ladrones entraron y se llevaron las computadoras de los chicos y un proyector.
Una de las trabajadoras auxiliares de la escuela, que cumple su jornada en la entrada de Juan Bautista Alberdi, fue testigo del hecho delictivo, y observó cómo rápidamente personas ajenas a la escuela, salían corriendo con bolsas donde llevaban los equipos robados.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) exigen que “a esta altura de los acontecimientos, la escuela necesita personal de seguridad las 24 horas (…) Se necesitan más controles para el ingreso y egreso de los alumnos, alumnas y docentes. Las y los pibes son asaltados frecuentemente en las inmediaciones, razón por la cual las exigencias están dirigidas directamente al Gobierno de la Ciudad. Es de vital importancia brindar un corredor seguro a la comunidad, el corredor entre Av. Rivadavia y Av. Directorio por la calle Lacarra tiene muchas escuelas de nivel primario y secundario”.
Desde hace años, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no designa personal para que habite las escuelas de grandes dimensiones: Casero que se jubila o fallece no es reemplazado por otro.
Esto trae varias complicaciones en los edificios escolares, más allá de los cuidados constantes que requieren los grandes establecimientos. Las escuelas quedan vacías ante cualquier emergencia cuando no rige la jornada lectiva.
En el Normal 8, hace aproximadamente siete años, la casera de la Escuela «Alte. Ramón González Fernández» se jubiló y el ministerio de Educación de la Ciudad, ante el reclamo de la comunidad educativa, se niega a designar su reemplazo.
Esta escuela también fue víctimas de varios robos. Los delincuentes que entraron en varias oportunidades a este lugar, se encuentran siempre con la zona liberada. El último robo sufrido en el edificio, ocurrió hace unos meses. Quienes ingresaron se adueñaron del tablero de llaves de la dirección, accedieron a la biblioteca donde se robaron varios elementos; y a la sala de la cooperadora escolar, donde también sustrajeron varias cosas de valor; llevándose todo el dinero de la caja chica y los sobres con aportes económicos que las familias realizan durante las semanas.
Fuente: Tiempo Argentino