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Murió Ginés González García, Médico Sanitarista.
Publicado: 21 oct 2024
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Corría el año 2005 cuando el monseñor Antonio Baseotto planteó que al entonces ministro de Salud, Ginés González García, había que “tirarlo al mar” por repartir preservativos y por defender la despenalización del aborto.
Impulsor de los derechos reproductivos y la Educación Sexual Integral (ESI), no sólo había cosechado enemistades en la Iglesia.
También entre los grandes laboratorios, a partir de haber impulsado el Plan Remediar y la Ley de Medicamentos Genéricos durante el convulsionado año 2002.
Por las huellas que dejó, Ginés González García –quien murió de cáncer este viernes a los 79 años- es señalado como uno de los grandes sanitaristas de la Argentina. En la senda de Ramón Carrillo.
Nacido en 1945 en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, se graduó como cirujano en la Universidad Nacional de Córdoba y se especializó en políticas sanitarias, de medicamentos y administración en salud en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), la Academia Nacional de Medicina y la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Este año, en una de sus últimas entrevistas, se refirió a la gestión de Javier Milei en materia sanitaria: «Ha habido una estampida de los precios y se demuestra una vez más que, en salud, un mercado sin Estado es un mercado negro».
Se vinculó con la política a través del peronismo y los sindicatos.
A fines de la década de 1980 era asesor de la comisión de salud del bloque del Partido Justicialista en Diputados cuando fue convocado por el entonces gobernador bonaerense Antonio Cafiero para ser ministro provincial.
Desde allí abrió los Consejos Municipales de Salud e impulsó una Ley de Medicamentos que regulaba la distribución y el acceso gratuito para los sectores más necesitados.
En enero de 2002 fue nombrado ministro de Salud de la Nación por el gobierno de Eduardo Duhalde.
En una Argentina golpeada por la crisis de 2001, su gestión apuntó a organizar el sistema sanitario para llegar a la población más vulnerable.
Con el Plan Remediar permitió el acceso a remedios gratuitos a más de 15 millones de personas.
Y lanzó la Ley de Medicamentos Genéricos, resistida por los grandes laboratorios, que obligaba a médicos y farmacéuticos a informar y recetar en base a medicamentos genéricos para acceder a drogas más baratas que las de las principales marcas comerciales.
Tras esos pasos, el sanitarista fue ratificado como ministro de Salud por Néstor Kirchner en 2003.
Según datos oficiales, durante su gestión en Salud la mortalidad infantil se redujo de 16,5 a 13,3 fallecimientos por cada 1000 nacidos vivos.
Además, se impulsaron campañas para reducir el tabaquismo y prevenir infecciones de transmisión sexual y el embarazo no planificado a través de la entrega gratuita de preservativos. Aquello que tanto enojó a Baseotto.
En paralelo con su desempeño en la función pública, Ginéz González García desarrolló una carrera como formador de profesionales de la salud.
En 1991 inauguró la fundación Isalud, que luego se convertiría en universidad. Por allí pasaron cientos de médicos de todo el país.
Muchos años después, en 2019, González García fue reconocido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires por “su incansable labor en el ámbito de la salud pública, así como también su mérito como profesor y docente, sus numerosas distinciones y premios, tanto nacionales como internacionales, y sus participaciones en congresos y seminarios, en vistas de fomentar y promover un sistema de salud cada vez más integral e inclusivo”.
En esa misma época se anunciaba su vuelta al Ministerio de Salud de la Nación, tras ser convocado por el presidente Alberto Fernández. Sin saber que le tocaría lidiar con una pandemia de alcances inéditos.
“Argentina tuvo una diferencia de mortalidad baja, porque tuvo respiradores para todo el mundo y no se vio lo que pasó en Nueva York, Italia o España con gente que no tenía atención. Tuvimos vacunas de todas las procedencias y no hubo país que tuviera tanta variedad”, dijo González García este año al repasar su gestión durante la pandemia. Destacó que el país “perdió en esperanza de vida 0.8 años, pero Estados Unidos perdió dos años, Brasil pedió 3, y chile 1.4” y citó artículos de The Lancet que reconocieron la experiencia argentina.
Pero ese fue también el contexto del ocaso de su carrera, acusado de haber dado trato preferencial a personas de su entorno para el acceso a las vacunas contra el Covid-19.
Un día antes de su muerte, de hecho, la Cámara Federal había confirmado su procesamiento en la causa que investiga el tema.
En mayo último, durante una entrevista con Radio 10, González García había dicho:
“¿Sabés de qué estoy acusado? De nueve vacunas que estaban totalmente autorizadas y que les correspondían porque eran mayores de 60 años. Algunos de ellos tenían causas -comorbilidades- o eran personal estratégico como diputados o senadores que viajaban con el presidente. Y todos, además, fueron vacunados cuando ya había en esa categoría más de 35 mil vacunados. O sea que si me hacen juicio, tendría que haber 35 mil juicios. Es insólito”.
En esa misma entrevista, cuestionó: “En vez de darme la oportunidad de explicar lo del vacunatorio, el gobierno (de Alberto Fernández) pidió mi renuncia”.
Entre los múltiples mensajes de despedida y reconocimiento que se le dedicaron en las redes cuando se conoció la noticia de su muerte, muchos hicieron referencia a ese final sombrío. “Ginés fue un gran sanitarista y padre de una generación de cuadros de gestión y salud. La ingratitud de la política, lo olvidó y lo difamó. Pero su accionar fue importante y transformador”, escribió el actual ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.
Durante la campaña electoral Milei había reconocido que no estaba vacunado y puso en duda la eficacia del preparado contra el Covid-19.
Recibió la primera dosis en la mezquita rey Fahd del barrio porteño de Palermo y la segunda en el club Vélez Sarsfield.
Respondiendo al presidente Milei que insultó a Ginés González García aún después de muerto y recordando la premura que tuvo para vacunarse, datos matan relato y estos son:
Hasta el 8 de septiembre de 2022, la mayoría de casos fatales de COVID-19 registrados en América Latina y el Caribe ocurrieron en Brasil.
Con un total de 684.425 fallecidos, Brasil es el país más afectado por esta pandemia en la región.
México, por su parte, ha registrado 329.652 muertes por coronavirus.
Perú fue el país con mayor tasa de mortalidad por la enfermedad coronavirus (COVID-19) en América Latina y el mundo, hasta 2022 el país registraba alrededor de 647 muertes por cada 100.000 habitantes.
Le siguió Brasil, con su admirado Bolsonaro, con alrededor de 315 casos mortales por cada 100.000 habitantes.
Argentina con casi 130.000 muertes tuvo 285 casos cada 100.000 habitantes.
Chile, en el final de Piñera hasta 2022, tuvo casi 61.000 muertes con una tasa de mortalidad de casi 306 por cada 100.000 habitantes.