Natalia Marques, Club Ercilla Juniors, en Comunas un Desafío.

«Es un mensaje para compartir los avances en la situación del club Ercilla Juniors. Esta ubicado en el barrio de Liniers en la calle Lisandro de la Torre 1190, muy cerca de Emilio Castro frente a la escuela 10, la querida Alfonsina Storni.

Hace más o menos 6 meses, el año pasado habíamos compartido en Comunas un Desafío la situación del club respecto de la paralización de su obra.

La comisión directiva y el activo de socios con mucho esfuerzo y con mucha participación de la vecindad había logrado encaramarse en un proyecto importante y muy significativo que era hacer un techo nuevo para el club (el club cumplió 80 años de historia en el año 2018) y entonces empezamos a soñar la posibilidad de hacer las mejoras necesarias; imagínense 80 años de historia en un edificio significan filtraciones, además una parte del techo era de fibrocemento y lo que quisimos era un club con un techo nuevo remodelado y en condiciones.

Lamentablemente  nos fuimos encontrando con muchísimos obstáculos por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires respecto del permiso de obra; el último de ellos fue un estudio de impacto de ruido de una obra que todavía no había sucedido, disquisiciones técnicas que nos consta que el mercado inmobiliario no las recibe y lo cierto es que bueno nos parece injusto esa doble vara.

Bueno felizmente después de estos últimos 6 meses, 7 en verdad casi podemos decir que hemos obtenido el permiso de obra y estamos a la espera de que se expidan prontamente la semana que viene dándonos el código QR y el cartel correspondiente para así poder retomar definitivamente y de una vez por todas los trabajos pendientes y en ese caso no tenemos duda que va a llegar el día en que estemos invitándoles a la reinauguración.

Como siempre muchas gracias y un abrazo grande a toda la audiencia, pronto el Ercilla volverá al barrio mientras tanto sigue vivo en quienes lo habitaron y lo habitan a diario y en el corazón y en la solidaridad de clubes hermanos que en todo este tiempo de ausencia física de nuestro edificio nos han prestado su casa y nos han brindado su casa y nos han hecho sentir como en casa, un abrazo grande al club Larrazábal en donde funciona nuestras clases de ajedrez, el club San Martín que también nos supo cobijar, muchísimas gracias, abrazo grande a toda la vecindad.»