«No Te Olvides de los Pibes»: Convocatoria a 23 años de la Masacre de Floresta

Publicado: 28 dic 2024
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El 29 de diciembre se cumplen 23 años del fusilamiento de Cristian Gómez, Maximiliano Tasca de y Adrián Matassa, por parte del Suboficial Juan de Dios Velaztiqui.

Desde la asamblea de Floresta convocan, para este domingo, a una misa conmemorativa en la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria a las 19:00, luego a las 20:30 habrá proyecciones y conversatorio en la plaza del Corralón.

Los amigos tenían entre 23 y 25 años cuando fueron asesinados en la estación de servicio ubicada en Gaona y Bahía Blanca (Floresta, Capital Federal), cuando compartían unas cervezas y miraban por televisión las protestas contra el gobierno entrante de Rodríguez Saá, luego de las intensas protestas del 19 y 20 de diciembre del 2001. Un comentario de Maxi fue motivo suficiente para que el suboficial les disparará a quemarropa. Por ANRed


Cristian, Maximiliano y Adrían junto a un cuarto amigo, el único sobreviviente, estaban mirando en la televisión las protestas frente a la Casa Rosada contra el recientemente asumido presidente Rodriguez Saa, una semana después de las jornadas del 19 y 20 de diciembre que culminaron con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.

El primero de diciembre, se había decretado el corralito, la gota que rebalsó el vaso de un pueblo hambreado y asediado por las desigualdades estructurales que las políticas neolibelares habían profundizado años anteriores.

Allí, en esa estación de servicio, pasaron un fragmento de video donde mostraban un grupo de manifestantes que corrieron, alcanzaron y comenzaron a golpear a un policía. «Está bien, por los 33 que mataron la semana pasada», dijo Maxi, haciendo referencia a las víctimas de la represión (que luego se supieron, fueron 39). Esta frase molestó al Suboficial, quien, según indican los testigos, gritó «basta» y procedió a desenfundar y dispararle a quemarropa a los chicos.

Maximiliano, recientemente recibido de Licenciado en Relaciones internacionales recibió un disparo en la cabeza y falleció al instante. Cristian trató de cubrirse el rostro con las manos y la bala le entró por la axila, pero no murió. El asesino de uniforme se dio cuenta de esto, así que volvió sobre él, luego de dispararle a Adrián, para rematarlo. Finalmente, Adrián, quien era bajista, recibió un disparo en el abdomen y falleció al otro día.

Sandra Bravo, empleada de la estación de servicio y testigo clave en el juicio, al ver que Adrián seguía con vida le hizo señas para que guardara silencio. Esperaba que Juan de Dios no se diera cuenta y así, evitaría correr la misma suerte que su amigo.

El cuarto amigo, pudo escapar corriendo en el medio del tiroteo. Él fue otro de los testigos claves de la causa. Así como las hermanas de los chicos fusilados, sufrió constantemente el hostigamiento policial. Juan de Dios trató de hacer pasar el fusilamiento por un robo, llegó a plantar un chuchillo en la escena del crimen. Él mismo llamó a sus colegas diciendo que había matado a tres «cacos». Además, él se jactaba de haber sido chofer y custodio del genocida Videla.

Los vecinos de Floresta se movilizaron desde ese día, cada 29, acompañando a las familias. Aquellas marchas eran frecuentemente reprimidas y los vecinos, se defendían.

Las convocatorias bajo el lema «no te olvides de los pibes», se hicieron cada mes hasta marzo del 2003, cuando el suboficial recibió cadena perpetua, emitida por el Tribunal Oral Federal N°13 encontrado culpable de triple homicidio calificado por alevosía.

Ese 29 de marzo del 2003 fue la última movilización, para luego hacerse en los aniversarios, cada diciembre.

 

Fuente: ANRed