Persecusión Gremial e Ideológica en Escuelas de la CABA.
Como habitualmente sucede todos los fines de años los colegios de educación pública pero de gestión privada (mal llamados colegios privados) se repiten los despidos de docentes como si se tratara de empresas privadas que hacen sus números y perfeccionan sus ganancias.
Este fin del año 2019 viene con un agregado que añade las persecusiones gremiales e ideológicas para ratificar una vez mas que actúan como patrones de estancia y se sacan de encima a los trabajadores que les molestan por sus concepciones ideológicas.
Los ejemplos mas notorios de este diciembre se dieron en la Escuela ORT y en el Saint Margaret´s School del barrio de Belgrano.
La ORT fue fundada por la comunidad judía en la Argentina hace poco más de seis décadas en la Ciudad de Buenos Aires y cuenta con dos sedes distribuidas en los barrios de Almagro y Belgrano donde asisten alrededor de 7.200 estudiantes distribuidos en tres niveles educativos que van desde el primario hasta el terciario.
Fue fundada en la Rusia imperial de los zares en 1880 y ha sido un ícono de la lucha y el reagrupamiento de la comunidad judía perseguida primero por los pogroms rusos y luego por el régimen nazi en tiempos del holocausto en Alemania.
Esa historia le ha valido para erigirse como un símbolo de la lucha contra la persecución por motivos étnicos, religiosos y políticos. Su trayectoria ubica a la escuela, abierta a todas las orientaciones religiosas, como una de las más prestigiosas de la Ciudad de Buenos Aires a la que asisten hijos de funcionarios, artistas y referentes de la cultura y la política nacional es considerada una referencia educativa para gran parte del llamado “progresismo” porteño.
Sin embargo, ahora aquellos docentes que participaron de una u otra forma en la reconstrucción del tejido sindical de la escuela, ausente hace ya más de treinta años y que decidieron elegir una comisión interna de delegados en mayo de este año recibieron la persecusión gremial del establecimiento.
Evitaron despedir a los y las delegados electos consciente de la prohibición expresa que existe pero apuntaron contra la base de sustentación del cuerpo de delegados con el propósito de amedrentarlos, disciplinarlos y debilitar la organización gremial.
Lo hicieron sin preaviso despidiendo ocho integrantes del cuerpo de delegados de la UTE en la ORT adelantado el fin del ciclo lectivo y hasta la fiesta de fin de año para impedir una respuesta organizada de toda la comunidad educativa.
La escuela, como tantas otras instituciones privadas y confesionales, se beneficia con un subsidio estatal del 60 por ciento de su presupuesto y, al mismo tiempo, recauda una cuota mensual por alumno de unos 19 mil pesos, que equivalen aproximadamente al salario que percibe un docente con 14 horas cátedra por semana.
La elección de los delegados tuvo el propósito de mejorar sus condiciones laborales cumpliendo con las normativas de cursos de capacitación, jornada de trabajo y respeto del horario de almuerzo.
La gran mayoría de lxs despedidxs son docentes de ciencias sociales que enseñan que todos tenemos los mismos derechos, de lo contrario son privilegios.
Se convocó a un abrazo solidario de toda la comunidad educativa a la sede de la calle Yatay el miércoles 11 de diciembre a las 17 horas
Los delegados recordaron que en mayo de 2019 “fuimos elegidos delegados por 123 docentes para encontrar un canal de diálogo colectivo”, sin embargo, “la escuela ha negado nuestro lugar como delegados” y, por el contrario, “actuaron en las sombras para confeccionar una lista que aleccionara al resto”.
Desde el Centro de Estudiantes señalaron, “repudiamos el accionar hipócrita y descarado por parte de las autoridades de la Institución, quienes días atrás leyeron un discurso en el acto de egreso de este año. Se proclamaron como una escuela pluralista e inclusiva orgullosa de los valores que imparte, haciendo una campaña de marketing empresarial nunca antes vista. Y no conformes aún con el teatro montado, expresaron su respeto y apoyo al cuerpo docente y tuvieron la indecencia de promover su participación y felicitarlos por su constante trabajo”.
Por último destacaron que “no vamos a permitir que esta Institución deje a por lo menos once personas en la calle y al mismo tiempo se jacte de ‘educarnos para la vida’. Para cerrar señalaron que “a esa Dirección le decimos: no nos educan ustedes, nos educa la gente a la que están dejando en la calle”. Luego se daría cauce al abrazo de la institución
El otro caso se dío en un colegio «familiar» de la calle Sucre 3668 en el barrio de Belgrano, el Saint Margaret´s School (este año cumplió 95 años), donde el docente de la materia <Sociedad y Estado> del colegio secundario o <Senior> como le dicen allí fue despedido el 29 de noviembre.
Matías Halpin, presentó un fragmento de la Carta Abierta a la Junta Militar, que Rodolfo Walsh publicó (desde la clandestinidad) el 24 de marzo de 1977, un día antes de ser asesinado.
Aunque las autoridades del colegio alegaron que el despido se debió a una «reestructuración», el docente sostuvo que las razones fueron <ideológicas>, ya que el conflicto surgió luego de que él usara la Carta abierta a la Junta Militar como un contenido de la materia Sociedad y Estado, que daba además de Antropología.
El 8 de noviembre pasado, mientras Halpin daba su clase la rectora pasó por el aula y se detuvo para ver qué sucedía adentro mientras el docente proyectaba el video.
«Ese mismo día, en el recreo (la rectora Verónica) me preguntó qué miraban los chicos con tanta atención», contó el docente, y continuó: «Pero cuando nombré a Rodolfo Walsh se le transformó la cara y dijo que «eso no le interesa a los chicos».
Halpin usó esos materiales para «conectar» lo que ocurría en los ámbitos político y económico durante la década de 1970 en el país.
«A la semana siguiente recibí un mail de la rectora de nivel medio en el que me pedía que explicitara las fuentes que usaba para la materia. Y lo hice, porque no tengo nada que ocultar», dijo.
Una semana después, Halpin fue citado a una reunión con la rectora de <Senior> y la dueña del colegio, ocasión en la que se habló del nazismo.
«Dijo que Hitler había hecho las cosas bien al principio porque había levantado la economía alemana. Pero que después, enceguecido por tantos años en el poder, había cometido errores», relató el docente.
El 29 de noviembre, Halpin recibió el aviso del telegrama de despido, que alegaba razones de «reestructuración» y le informaba que estaba desvinculado de la institución a partir del 31 de diciembre.
Ahora el docente exige a las autoridades del St. Margaret que «reconozcan que actuaron mal y que hicieron comentarios infundados y nocivos».
«El negacionismo es un problema que me excede, es responsabilidad del Estado», dijo.
Pidieron a las autoridades del Gobierno porteño que “cumpla con su rol de garante del sistema educativo y sus contenidos curriculares, que no pueden ser dependientes de la percepción particular de ningún empleado”.“Si estas escuelas despiden o persiguen es porque el gobierno las avala”, dijo en el acto Fidel Aguilar, secretario gremial de SADOP Capital.
La comunidad educativa advirtió que si el Estado no «ejerce su responsabilidad» los docentes pueden ser despedidos «cuando apliquen la ley de Educación Sexual Integral o cualquier otro contenido que no guste».
Aguilar remarcó, ante las puertas del colegio, que la Carta abierta es un material «recomendado» por los ministerios de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación. «Que sea un colegio de gestión privada no quita que la educación sea pública», agregó.
El docente, en tanto, si no se revierte la medida, prometió llevar su caso ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y la Secretaría de Derechos Humanos.