Piedras en el Riñon.
Quienes tienen dietas bajas en calcio y potasio, con escasa ingesta de líquidos, cafeína y fitatos, son propensos a desarrollar cálculos renales por primera vez. El consumo de menos de 3,4 litros por día de agua también influye.
Los fitatos, compuestos antioxidantes presentes en frutos secos, cereales integrales y otros alimentos capaces de aumentar la absorción de calcio y la excreción urinaria de calcio, también son muy importantes en la dieta.
Los responsables de esta investigación recomiendan una ingesta diaria de al menos 1.200 mg de calcio para prevenir, tanto la formación primaria de cálculos renales, como su recurrencia.
Recomendaron priorizar las frutas y verduras ricas en calcio y potasio, como bananas, naranjas, pomelos, melón, sandía, papas, champiñones, pepinos, calabaza, etcétera.
Una piedra o un cálculo renal es una pieza sólida de material que se forma en el riñón debido a sustancias presentes en la orina.
Puede ser tan pequeña como un grano de arena o tan grande como una perla.
La mayoría de las piedras renales se eliminan del cuerpo sin ayuda médica. Pero algunas veces una piedra no es fácil de eliminar. Puede atorarse en las vías urinarias, bloquear el flujo de orina y causar un gran dolor.
Los siguientes signos pueden indicar la existencia de cálculos renales que necesitan atención médica:
- Dolor extremo en la espalda o un costado que no desaparece
- Sangre en la orina
- Fiebre y escalofríos
- Vómitos
- Orina con mal olor o con apariencia turbia
- Sensación de ardor al orinar
Los doctores diagnostican las piedras en los riñones a través de análisis de orina, de sangre y de diagnósticos por imagen.
Si una piedra no pasa por sí sola, es posible que se necesite tratamiento. Este puede ser a través de ondas de choque (un endoscopio insertado a través del tubo que lleva la orina fuera del cuerpo, llamada uretra) o con cirugía.