Plantar Árboles = Salud Pública.
Plantar árboles es una manera de mejorar la salud de las personas, una manera que resulta fácil y muy barata.
Los árboles, además de embellecer una ciudad, proporcionan aire fresco y limpio. Por eso debería pensarse en ellos como una infraestructura de salud pública.
Todas las personas deberían poder respirar aire puro. Esto debería ser posible también en las grandes ciudades. Los arboles no sólo ornamentan las calles, sino que ayudan en la salud física y mental de sus habitantes.
Se estima, según informes privados, que con 8 dólares por persona al año, como promedio, se podría impedir la perdida de árboles.
También sería posible aumentar el aprovechamiento de los beneficios que estos generan. El número no sugiere el valor, sino que es una muestra de que la inversión es posible..
La inversión ha disminuido.
Con respecto a esto, el informe indica que actualmente, las ciudades están gastando menos en cuidar o sembrar nuevos árboles que en décadas anteriores.
La falta o presencia de árboles muchas veces está ligada al nivel de ingresos de un barrio. Esto crea una enorme desigualdad en la salud.
En Estados Unidos, la diferencia de expectativas de vida entre barrios cercanos, puede ser hasta de una década.
La diferencia en salud no tiene que ver solo con los árboles. Pero los investigadores aseguran que los barrios con menos árboles tienen peores resultados en la salud de sus residentes. De esta manera se puede concluir que la desigualdad urbana puede empeorar los niveles de salud.
Sin embargo hay otras ciudades, caso de Londres, o países como China o Nueva Zelanda que si que se están preocupando de reforestar en masa.
El documento plantea una serie de consejos que pueden ser usados por el poder público y privado:
Implementar políticas que incentiven la siembra privada de árboles.
Intercambios municipales que en consecuencia faciliten la colaboración de organismos de salud pública y agencias ambientales.
Relacionar el financiamiento de árboles y parques a objetivos y metas de salud.
Por otro lado educar a la población sobre los beneficios de la salud pública, como también sobre el impacto económico de los árboles.
Para la realización de este documento se tomó de referencia a Estados Unidos, ya que es el país en el cual gasta menos de un tercio del uno por ciento en presupuesto para mantener y plantar árboles. Como consecuencia las ciudades en Norteamérica pierden cuatro millones de árboles al año.