Polen.
El polen lo elaboran las propias abejas una vez que lo transportan de las platas al panal.
Tiene una apariencia en forma de gránulos amarillos o anaranjados que puede consumir en grano, polvo o en cápsulas en forma de suplemento.
Destaca por las proteínas, las hormonas y las vitaminas que contiene y que aportan numerosos beneficios a la salud del organismo:
1. REGULA LOS PROCESOS DIGESTIVOS
Sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas combaten las diarreas y el estreñimiento. Además, reducen el dolor y las molestias que causan estos problemas al mismo tiempo que rebajan la hinchazón.
El consumo de polen también está indicado en el caso de sufrir problemas hepáticos.
2. MEJORA LA VISIÓN
El zinc y la vitamina C que contiene se encargan de prevenir la oxidación celular que afecta a los ojos con el paso del tiempo, y de prevenir la falta de visión y otros problemas oculares, como son la degeneración macular, las cataratas y otras enfermedades.
3. ESTIMULA EL ESTADO ANÍMICO
El polen de abeja calma los episodios de estrés, ansiedad, nerviosismo y depresión haciendo que nuestro estado de ánimo se mantenga en calma y lejos de la irritabilidad y la tristeza que pueden causar estos cuadros. Además, estimula la mente mejorando nuestra capacidad intelectual.
4. ALIMENTO ENERGIZANTE
La ingesta de polen incrementa los niveles de energía necesarios para el día a día, de manera que elimina la fatiga, baja la tensión arterial y fomenta la capacidad de trabajo haciendo que nos cansemos menos. Es ideal para recuperar la vitalidad de forma natural.
5. ES UN COSMÉTICO NATURAL
Tiene funciones dermatológicas que mejoran la apariencia de la piel: desde la disminución de las arrugas o la reducción del acné, hasta combatir el exceso de grasa y la flacidez. Aunque su consumo favorece una acción interna, algunos cosméticos lo contienen como ingrediente para complementar su efecto. También está indicado en las personas que padecen psoriasis, eccemas o lupus.