Políticas Preventivas en Salud.
El ex ministro Jorge Lemus arrancó el despiadado achicamiento de áreas sensibles como la de inmunizaciones y la de control de enfermedades transmitidas por vectores, que debe entender en casos como el del hantavirus.
Debemos endilgarle, de inicio, la responsabilidad por la mayor epidemia de dengue registrada en el país, entre 2016 y 2017, con su saldo de más de 80.000 casos y 11 decesos.
Pero pareciera que el (des)gobierno de Cambiemos se esmerara por alcanzar records negativos.
Los memoriosos tenemos presente que, en 1996, otra epidemia de hantavirus golpeó fuerte en la región cordillerana, en El Bolsón, con decenas de casos confirmados y la muerte de 11 pobladores de la zona. La crisis sanitaria ameritó la presencia en el lugar de los máximos responsables de las áreas de Desarrollo Social y de Salud de la Nación, y hasta la del entonces presidente Carlos Menem.
Mauricio Macri, descansando a menos de 250 kilómetros del foco del problema, no consideró oportuno solicitar un helicóptero para que lo traslade hasta Epuyén, o disponer que el Jefe de Gabinete Marcos Peña (con intereses familiares concretos en la vasta Patagonia) o la ministra de Salud y Desarrollo Social Carolina Stanley tomen medidas excepcionales e inmediatas de apoyo a la provincia para controlar la epidemia.
Ni siquiera le ordenó al secretario de Gobierno en Salud, Adolfo Rubinstein, que se pusiera al frente del operativo sanitario para contener la situación.
El Gobierno de Chubut envió a un total de 40 policías a la localidad de Epuyén para patrullar e impedir que 85 vecinos se retiren de sus viviendas, en medio de la crisis sanitaria, por órden del juez Martín Zacchino. La desobediencia podría penarse con 6 meses a 2 años de prisión.
La impericia técnica de la peor ministra de Salud (Graciela Ocaña) que recuerde la historia reciente, cuando la Gripe A (H1N1) azotó al mundo en 2009 y a nuestro país corre el riesgo de perder ese «privilegio» ante las decisiones y las «no» decisiones del gobierno de Macri.