Problemas de Salud en Temporada Otoño-Invierno
Hoy en día los cambios de tiempo son una constante, la adaptación a las inclemencias que éste trae es un desafió para cada día.
El tiempo afecta a la salud de muchas maneras y las condiciones extremas pueden poner en peligro la vida.
Todos sabemos que las condiciones de tiempo determinan nuestras actividades.
El cambio en las estaciones del año también deriva a una serie de fluctuaciones en cuanto al comportamiento del ser humano y a la alteración de esas actividades que podemos realizar periódicamente, tanto en interior como exterior.
La adaptación a cada estación del año, ya sea fría o calida, es parte de la misma naturaleza humana, solo que a veces ciertas variaciones bruscas, pueden influir de manera directa y dramática en el organismo.
Como sabemos y podemos corroborar en el calendario cada tres meses, con el cambio de estaciones, el hemisferio sur entra en temporada otoñal.
El otoño es época de transición entre el verano y el invierno, en el que se pueden distinguir 3 diferentes tipos de estrés produciendo una serie de síntomas que desde la prevención, se pueden combatir gracias al aporte óptimo de ciertos nutrientes que veremos a continuación a través de la dieta y de la suplementación de nutracéuticos específicos:
El estrés estacional
Esta alteración en lo que involucra al tiempo horario, está producido por la disminución de las horas de luz solar que supone un cambio de cara a horarios tanto a la hora de acostarse como la del despertar, reduciéndose así la posibilidad de realizar ciertas actividades en exteriores, por lo que debemos reorganizar nuestras agendas y readaptar nuestras rutinas acorde con ésta nueva situación.
Otro factor es la bajada de temperatura característica, con lo que pondremos especial atención a nuestro sistema inmune puesto que ante un estrés, nuestras defensas bajan y llegan los famosos resfriados… Y si hablamos del sistema inmunitario, debemos tener muy en cuenta el sistema digestivo al estar ambos íntimamente ligados, con lo que será necesario el aporte de probióticos Lactobacillus casei que nos ayudarán a repoblar y optimizar nuestra flora intestinal para que cumpla con su función de combatir las bacterias patógenas y también de asegurar una buena asimilación de los nutrientes a través de una mucosa intestinal sana. El zinc es un mineral que también colabora en el aumento de las defensas, el hierro nos garantiza una buena oxigenación, el manganeso y cobre luchan contra las agresiones externas y el selenio actúa como antioxidante.
Principales problemas de salud con el cambio de estación
En las épocas de frío patologías como la cardiopatía isquémica, la angina de pecho o el infarto de miocardio son las más frecuentes, mientras que en los períodos de calor, las personas pueden deshidratarse, lo cual acentúa el riesgo cardiovascular en aquellos más propensos a los problemas circulatorios o arteriales.
Hace siglos que se sabe que las estaciones influyen decisivamente en la salud humana.
“En todas las estaciones aparecen enfermedades de toda especie, pero hay dolencias que son más frecuentes y graves en unos tiempos que en otros”, señalaba Hipócrates, el padre de la Medicina moderna.
Por ejemplo, es sabido que la primavera es “la estación de las alergias”, que durante el verano hay que protegerse de los rayos solares debido al riesgo de cáncer de piel, que con el otoño aumentan las manifestaciones de las úlceras digestivas y que el invierno es sinónimo de gripes y catarros.
*Evitar los ambientes con aire viciado
*Ventilar de día el hogar / ambientes -más aun si se presenta un día soleado aunque fresco-
*Evitar tener en el hogar ambientes muy cálidos/calurosos y otros muy fríos
*Es lo ideal mantener la temperatura pareja en todos los ambientes, entre 18 y 21 grados
*Evitar el hacinamiento de personas en los ambientes
*Evitar los cambios bruscos de temperatura
*Evitar el contacto con personas que estén cursando procesos infecciosos agudo (como por ejemplo, gripe)
La baja temperatura y los problemas respiratorios
Durante la época invernal se presentan frentes fríos y masas de aire que hacen que la temperatura descienda mucho, provocando frío y cuando esto sucede, todos estamos propensos a desarrollar de forma más fácil alguna enfermedad respiratoria.
Esto se debe a que nuestro sistema de defensa natural que tenemos en la nariz y que está formado por los vellitos y la mucosa nasal, se congela y al hacerlo, no puede controlar el paso de microbios ni calentar el aire para que llegue a los pulmones a la temperatura adecuada.
Esto incrementa la presencia de enfermedades como la gripe, las amigdalitis, la influenza, las bronquitis y las neumonías, entre otras y muchas de ellas si no se controlan a tiempo pueden complicarse tanto que pueden hasta provocar la muerte.
Si bien estas enfermedades afectan a todos los grupos de edad de la población, los más vulnerables son los niños y las personas mayores y aunque las acciones de la Secretaría de Salud, se intensifican en esta temporada, para poder atender a las personas enfermas, lo más importante son las medidas preventivas que todos podemos realizar para evitarlas.
Entre las acciones de prevención está la aplicación de la vacuna contra la Influenza, sobre todo a niños y niñas de entre seis a 23 meses de edad y con prioridad a quienes presentan problemas respiratorios crónicos, enfermedades congénitas cardiovasculares, metabólicas y renales.
También es muy importante para las personas mayores de 65 años que presentan problemas relacionados a Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), Diabetes Mellitus fuera de control, enfermedades cardiovasculares y asma.
Fuente: Nuestroclima.com