Para los recicladores, el llamado a licitación para el tratamiento y recuperación de residuos sólidos urbanos «es contradictorio con las políticas que se venían desarrollando hasta ahora», dijo  Jorge Olmedo, de la Cooperativa del Oeste en Comunas, y advirtió que «al no haber concientización ni campaña constante, no está funcionando como debería. Lo que falta sobre todo es una campaña seria en la gente».  «Hace un mes y medio se aprobaron los pliegos de la concesión de recolección a las cooperativas, que implicaba mejorar la logística, el valor de reventa, entre otras cosas», advirtió. «Antes decía los cartoneros se robaban la basura. El sistema tiene muchos defectos pero se había logrado transformaciones y avances muy importantes» .

Según la Dirección General de Políticas de Reciclado Urbano, ámbito de aplicación de la Ley 992 de la Ciudad “el objetivo del área de reciclado es tener una Ciudad limpia y consciente del ambiente, incorporando a los recuperadores urbanos al servicio de recolección formal». Para eso se registraron una decena de cooperativas, a ocho se les dio camiones, y con algunas establecieron convenios que para otorgar un subsidio de 1000 pesos a los recolectores, aunque no todos los que operan en la Ciudad lo reciben. Los trabajadores se encargan de recolectar y comercializar lo obtenido y clasificado en los «centros verdes», establecidos en la Ley Basura Cero (1854), reglamentada en 2007, que plantea la disminución progresiva de la utilización del sistema de disposición final. De los ocho centros planificados, hay funcionando seis.

El sistema prevé que los «generadores especiales» de residuos sólidos, como empresas y supermercados, contribuyan a la separación en origen, para facilitar el circuito del reciclado. Sin embargo, los recicladores afirman que la falta de promoción en la población impide que se pueda obtener una buena parte de material de los domicilios.