Recortan Entrega de Comida en Hogares de Chicos con Derechos Vulnerados en la C.A.B.A.
Los integrantes de la Red de Hogares hicieron oir sus quejas ante los «cambios» que implementó el gobierno de Horacio Rodriguez Larreta.
«Primero fueron bajando la calidad de la comida: de primeras o segundas marcas pasaron a terceras o cuartas. Los pollos tenían el tamaño de palomas y la carne era dura, imposible para darle a un niño. Y hace dos meses empezamos a recibir menos alimento. Cuando desde el gobierno nos citaron a una reunión nos dijeron que se trataba de un ajuste y cuando repreguntamos las autoridades se levantaron de la mesa».
Esto lo dice una directora de un hogar para chicos de entre 0 y 5 años que sufrieron la vulneración de sus derechos.
Su institución es una de las 23 que integran la Red de Hogares y que en la semana previa a la Navidad decidieron alzar la voz en un comunicado para gritar: «¡Con la comida de los pibes no se jode!».
Todos los referentes de la Red que hablaron pidieron no ser identificados para evitar consecuencias (les pidieron no hablar con la prensa) ya que en última instancia, afectarán a los niños.
Los hogares ocupan un lugar clave dentro del sistema de protección de derechos de los chicos en la Ciudad. Allí son derivados por una medida de protección que toma el Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Es una medida de excepción que debería extenderse por un plazo máximo de seis meses según la ley hasta que vuelvan a sus familias biológicas o sean entregados en adopción, pero que suele prolongarse.
«Son chicos que han sufrido violencia física, sexual, laboral, abandono, negligencia en el cuidado o hasta han sido víctimas de trata», describe Fabián, que dirige un hogar para chicas. En ese marco, retoma Lorena, «nuestra tarea tiene que ver con que los chicos vuelvan a confiar en el mundo adulto y en la sociedad toda. Y la responsabilidad de que eso suceda es del Estado, en este caso, a través de nosotros».
El gobierno porteño apenas cuenta con tres hogares públicos para atender estas situaciones. Por eso tiene que tercerizar la tarea y firma convenios con una treintena de fundaciones y asociaciones civiles, entre ellas las que integran la Red de Hogares que atienden actualmente a más de 600 chicos y sus familias.
«Hay dos tipos de hogares: los convivenciales y los de tratamiento especializado», explican. «Según los recursos que requieran hay una diferencia en la beca que recibe el hogar por chico. Y con esa beca el hogar tiene un montón de obligaciones que cubrir: de personal, equipo técnico, edilicios, abordaje técnico. Tenés que coordinar con hospitales, colegios, la documentación (porque muchos llegan sin documentos). Y a la vez asistir a las audiencias judiciales, hacer informes, recibir auditorías, etc. Es una tarea enorme que no queda en el niño, se expande a toda su red familiar, territorial y social, que es lo que tenés que reconstruir para que ese pibe se pueda ir».
Para todo eso los hogares cuentan con el dinero de las becas, un fondo de infraestructura para mejoras edilicias y un fondo de compensación por el aumento de las tarifas de los servicios públicos. «Pero este año no se percibió la ayuda para solventar los aumentos de servicios y el fondo de infraestructura, después de nuestro reclamo, se terminó asignando. Pero al 27 de diciembre sólo lo habíamos cobrado tres hogares», detallan.
Esos recortes deben ser complementados con fondos propios de los hogares, que dependen de la capacidad para recaudar de cada organización a través de festivales o donaciones privadas. La amenaza, por tanto, pende sobre los chicos.
Itatí Canido, la subsecretaria de Promoción Social y Gabriela Francinelli, directora general de Niñez y Adolescencia del Ministerio de Habitat y Desarrollo Humano respondieron con un comunicado que señalaba: «Para asegurar la atención integral personalizada para cada niño y niña alojados en los hogares conveniados, se establecen convenios específicos que determinan una prestación que asciende a los 16.000 pesos por mes por niño. Asimismo, se acompaña en forma permanente a cada una de las instituciones en aquellas necesidades e inconvenientes que pudieran llegar a suceder».
En los últimos días, los hogares comenzaron a recibir llamados de la Dirección General de Niñez diciendo que se reestablecería la entrega de alimentos a las cantidades previas al ajuste, pero esta semana (última del año) no sucedió.
A falta del último trimestre el Gobierno de la Ciudad había ejecutado 310 millones sobre los 406,9 millones que tiene presupuestados para 2017 el programa “Atención Niñez Y Adolescencia Vulnerables” de la Dirección General de Niñez y Adolescencia.
Sobresalen dos items en su sub ejecución: mientras el gasto de 42,8 millones en “personal temporario” se ejecutó en un 97 por ciento, el de “personal permanente” apenas invirtió 62 de los 75,9 millones asignados.
Esta idea de “tercerizar” los servicios se ahonda en el presupuesto 2018, donde lo destinado a personal permanente bajará a 59 millones, y el monto para personal transitorio subirá a 55 millones. El único ítem que aumentará será el de las “transferencias al sector privado para financiar gastos corrientes”, que pasará de 108 a 214 millones.
Las defensorías zonales (17 en toda la Capital)forman parte de la primera línea de atención en materia de derechos vulnerados de los niños.
Los trabajadores de las defensorías nucleados en ATE sacaron un informe en setiembre en el que aseguran que el sistema está en emergencia, especialmente en la zona sur de la ciudad.