Semillas de Sésamo en la Alimentación Saludable.
Las semillas de sésamo, también conocidas como ajonjolí, se convirtieron en un ingrediente indispensable en la alimentación saludable.
Aunque su origen se remonta a Asia, hoy están presentes en todo el mundo gracias a sus múltiples beneficios nutricionales.
Su alto contenido en grasas saludables, proteínas, fibra y minerales las posiciona como un verdadero superalimento.
Más del 50% del peso de estas semillas está compuesto por aceites, destacándose los ácidos grasos monoinsaturados como el oleico -el mismo que se encuentra en el aceite de oliva- y los poliinsaturados como el omega-6 y omega-3.
Este perfil lipídico ayuda a reducir el colesterol LDL (malo), protegiendo al corazón de enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares.
El sésamo es una excelente fuente de fibra, lo que favorece la salud intestinal, regula el tránsito digestivo y previene el estreñimiento.
Su acción prebiótica, además, estimula el crecimiento de bacterias beneficiosas en la microbiota, lo cual mejora la inmunidad y reduce la inflamación sistémica.
Uno de sus aportes más valorados es el de calcio: por cada 100 gramos, las semillas de sésamo contienen hasta cinco veces más calcio que la leche.
Esto las convierte en una fuente vegetal clave para mantener huesos y dientes fuertes, especialmente en dietas veganas o en personas con intolerancia a los lácteos.
A su vez, el magnesio que contienen favorece la absorción de ese calcio, haciendo más eficiente su aprovechamiento por el organismo.
En cuanto al envejecimiento celular, el sésamo contiene compuestos antioxidantes naturales como la sesamina y el sesamol, que neutralizan los radicales libres responsables del deterioro de las células.
A esto se suma su aporte de vitamina E y del complejo B, que ayudan a mantener la piel, el sistema nervioso y el metabolismo en buen estado.
Estas semillas pueden incluirse de múltiples formas en las comidas diarias.
Algunas ideas prácticas:
- Espolvoreadas sobre yogures, frutas, cereales o ensaladas.
- En rebozados como sustituto del pan rallado.
- En salsas o aliños, combinadas con limón, aceite de oliva o especias.
- Como tahini, la pasta de sésamo que se puede usar en hummus, tostadas o dips.
- Mezcladas en la granola casera o batidos nutritivos.
Los nutricionistas recomiendan entre 10 y 20 gramos diarios, lo que equivale a dos o tres cucharaditas.
Aunque su aporte calórico es alto (614 kcal por 100 gramos), es un alimento muy saciante y beneficioso si se consume en porciones moderadas.