Sigue el Maltrato Hacia las Personas con Discapacidad.

Publicado: 07 abr 2025
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La intención del Gobierno es recortar al menos unas 200 mil pensiones este año, objetivo que quedó declarado en el proyecto de Presupuesto de 2025 y que el propio titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo (exabogado de Javier Milei) ratificó públicamente y avanza desde hace meses en una auditoría sobre las pensiones que reciben más de un millón de personas con discapacidad.

Los requisitos y las condiciones para cumplir con ese proceso se convirtieron, de a poco, en un filtro: cartas documento con citaciones vencidas, domicilios incorrectos, filas interminables para realizarse estudios médicos y traslados de varios kilómetros hasta la clínica más cercana conformaron un combo que, según denuncian las organizaciones del colectivo, redundará en ajuste masivo en el número de beneficiarios.

 

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Aqui algunos ejemplos del destrato gubernamental:

En la clínica Santa Clara de Morón se vivió la semana pasada un ejemplo del caos en que se convirtió la auditoría de Spagnuolo: más de mil personas con discapacidad fueron citadas el mismo día para hacerse los estudios. “Muchos se tuvieron que ir sin ser atendidos y no tienen otra fecha estimada para completar el examen”, describió a este diario Nicolás Mazza, referente de la Asociación Civil «Ideharcelas», que administra un centro de día para jóvenes y adultos con Síndrome de Down en ese municipio del oeste bonaerense.

El caos de las auditorías se extendió en las últimas semanas a varias ciudades del interior del país, donde se sumaron varias irregularidades:

  • En el departamento 9 de Julio, de Santa Fe, hay unas 1.500 personas con discapacidad que están siendo obligadas a viajar entre 200 y 400 kilómetros hasta Rafaela para auditarse con los médicos de ANDIS y no perder la pensión.
  • En Salta hay centenares de casos similares. “Teníamos un paciente que vive en Los Toldos y tenía que ir a Santa Victoria Oeste para hacerse la auditoría. Son 900 km en total», ejemplificó la situación el ministro de Salud de esa provincia, Federico Mangione.
  • En Formosa, la titular de la oficina local de ANSES, Patricia Arias, reconoció que hay centenares de beneficiarios que no saben cómo llevar adelante el trámite y confirmó que espera una ola de “bajas masivas”.
  • En Mar del Plata hay centenares de beneficiarios de la pensión que acudieron en las últimas semanas a la Dirección de Discapacidad del Municipio planteando que acudieron a la cita programada por ANDIS pero no los atendieron, y el plazo para cumplir con el trámite está a punto de vencerse.

 

El caos que generaron las citaciones impactó especialmente en hospitales de salud mental y en los centros de día que asisten a personas con discapacidad psicosocial, que son las que encuentran mayores dificultades a la hora de cumplir con los requisitos impuestos para no perder la ayuda del Estado.

Los casos más emblemáticos de esa situación tuvieron lugar en los hospitales de salud mental José Estévez, de Temperley, y el Borda y el Moyano, en CABA.

Las notificaciones firmadas por la ANDIS llegan de a centenares, incluso para pacientes ya externados en cuyo DNI sigue figurando la dirección de esos centros de salud como su domicilio.

La preocupación en los centros de salud fue creciendo porque las notificaciones no incluyen guías ni ningún tipo de apoyos para que los pacientes puedan valerse por sí mismos para completar los trámites que se les pide. Además, en muchos casos, los turnos para el examen médico son en fechas y lugares establecidos por la propia ANDIS, que son incumplibles para las propias instituciones.

 

La semana pasada, al hospital Borda llegaron más de 50 cartas documento de la ANDIS con la fecha para entregar la documentación requerida ya vencida.

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En el servicio de Trabajo Social, cuentan, están «desbordados». «Vienen pacientes con el alta que directamente notaron que no les depositaron la pensión y no saben qué hacer, a quién preguntar», contó uno de los médicos.

«También tuvimos casos de gente que viene a buscar su historia clínica y ya no está, porque hace más de una década que tienen el alta», agrega el médico. «Incluso llegan cartas para gente que ya no vive en el hospital pero que les sigue figurando como su domicilio. No sabemos qué va a pasar con ellos», dice.

 

 

 

Fuente: Página 12